Gastón Mercanzini, ex funcionario municipal de Entre Ríos, fue identificado como el agresor del presidente Milei, pero lo dejaron ir.
Ayer, un hombre lanzó una botella al presidente Javier Milei durante su viaje en un Mercedes Benz convertible después de su discurso en el Congreso. El incidente ocurrió en Rivadavia y Rodríguez Peña y fue capturado por varias cámaras. La botella no alcanzó al presidente, pero sí a un subcomisario de la Policía Federal, quien sufrió un corte menor y fue atendido en la Casa Rosada.
Hoy, la Policía de la Ciudad inició una investigación que permitió recuperar un video de cámara de seguridad mostrando al hombre que lanzó la botella al presidente. Las imágenes serán presentadas ante la Justicia federal, bajo la jurisdicción del juez Ariel Lijo. Los posibles delitos incluyen intimidación pública, atentado a la autoridad y lesiones leves al policía de la custodia presidencial.
La Justicia porteña se declaró incompetente, correspondiendo por defecto a los tribunales de Comodoro Py. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, comunicó que habló con el juez Lijo para una investigación rápida y este ordenó la detención del sospechoso poco después.
“Ni bien nos notificamos de estas imágenes, lo que hicimos fue poner a trabajar a la gente del Centro de Monitoreo, que estuvo trabajando toda la noche a cargo del secretario Diego Kravetz y encontramos estas imágenes que son de público conocimiento y nos sirve que sean de público conocimiento para que la gente nos aporte datos”, aseguró el ministro de Seguridad Waldo Wolff a LN+, que resaltó la importancia de difundir la cara del sospechoso para lograr su reconocimiento.
Poco después de estas declaraciones, Wolff mismo reveló el nombre del sospechoso: Gastón Ariel Mercanzini, de 51 años, ex funcionario de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, e hijo de un sargento y un Suboficial Mayor de Gendarmería. Según medios locales, años atrás, un decreto lo separó de su cargo de directivo en el área de Cultura del municipio, donde ocupaba el puesto de secretario.
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De manera sorprendente, Mercanzini fue detenido ayer por la Policía de la Ciudad después de ser señalado por varios testigos. El personal del Departamento de Intervenciones Rápidas que estaba en servicio durante el acto de asunción lo detuvo, pero al no encontrar elementos relacionados con el delito entre sus pertenencias y al no recibir denuncias, se consultó en el sistema de pedidos de captura vigentes, y al no resultar ninguna, fue liberado.
Mercanzini tiene antecedentes por daño agravado. Fue arrestado en julio de este año y fue puesto en libertad en las últimas semanas, según las mismas fuentes.
“Atentar contra el presidente no puede ser gratis así que estamos haciendo todo lo que podemos. Se trabajó toda la noche y estas son las imágenes que tenemos”, continuó Wolff.
Después de que varios videos del incidente se volvieran virales, los líderes de la Policía Federal Argentina (PFA) también estaban preparándose para realizar una consulta con el juez federal Ariel Lijo, que estaba de turno ayer en la jurisdicción, para determinar si corresponde iniciar una causa penal, según confirmaron fuentes del caos a Infobae. La consulta está en manos de la Superintendencia de Investigaciones Federales, que abarca áreas como Delitos Constitucionales, encargada de allanar y detener al grupo de hackers procesado por amenazas de bomba a la Casa Rosada y varios funcionarios durante las elecciones, y el Departamento Unidad de Investigación Antiterrorismo.
Para el operativo de seguridad, el Gobierno convocó a la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria para coordinar un Comando Unificado encargado de la custodia y protección en todos los actos relacionados, así como de resguardar la seguridad de dignatarios e invitados especiales. La Policía de la Ciudad y la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad de la Nación también participaron en el despliegue junto a las demás fuerzas.
Con ese propósito, las autoridades establecieron un sistema de tres anillos de seguridad: el primero consistió en personal de Casa Militar alrededor de Milei, el segundo estuvo a cargo de las fuerzas federales, y el tercero involucró la intervención de la policía porteña.
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