La pediatra del niño dio la voz de alarma hace un año.
Un niño de 5 años de Málaga que, según su mamá, ha presentado varios inconvenientes de salud en ambos últimos años. Constantes vómitos, inconvenientes estomacales, mareos, sangre en las heces, fiebre e inclusive comportamiento ofensivo que requería de ansiolíticos. Entre 2020 y 2021 la progenitora lo ha llevado hasta 130 veces a su pediatra de cabecera, empero además a urgencias hospitalarias o centros privados como Vithas, Hospiten y Quirón.
Una investigación policial ha revelado que en la inmensa mayor parte situaciones las visitas eran innecesarias, los indicios exagerados o inventados y que el diminuto, con leve autismo, recibía una medicación desproporcionada. La progenitora, de 38 años, fue detenida por la Policía Nacional por un supuesto delito de violencia infantil por heridas. El comité de Andalucía ha proclamado el abandono del niño, que está ya con una familia de acogida en buen estado.
La mamá sufre lo cual la psicología define como síndrome de Munchausen por poderes, un tipo de violencia infantil en el cual su cuidador finge indicios o produce reales para que parezca que el infante está enfermo. La ayuda médica innecesaria, además, es potencialmente dañino para la víctima. “Quienes padecen Munchausen requieren sentirse ultracuidadores, superhéroes. Obtienen satisfacción de sentir que cuidan realmente bien a otra persona, como a este muchacho, sin embargo, a cambio lo poseen sometido”, explica Charo Rueda, catedrática de Psicología e instructora de Neurociencia Cognitiva en el Departamento de Psicología Empírico de la Universidad de Granada. La especialista muestra que las secuelas de este comportamiento en los chicos son relevantes, ya que están afectando a la salud física y además al desarrollo socio emocional.
Algunas veces, los menores tienen la posibilidad de inclusive coadyuvar en la exageración y la mentira de sus supuestas patologías. “Su maduro de alusión le está realizando ver que el planeta es de esta forma. ¿Cómo va a contradecir a su mamá siendo tan pequeño?”, apunta, quien insiste en que el caso “es definitivamente perjudicial para cualquier pequeño”.
Los miembros del Conjunto de Menores (Grume) de Málaga iniciaron entonces el que denominan un trabajo “muy delicado”. “Es difícil averiguar a una mamá por proteger realmente bien a su hijo”, explica uno de los agentes implicados. “Pero una vez que vas rascando, te provees cuenta de que aquellos cuidados son enfermizos y que la vida del diminuto puede correr riesgo. Era una tarea a contrarreloj por el peligro que corría el menor”, destaca el policía.