Señala que no es posible adelantar conclusiones hasta que concluyan pesquisas
La compañía italiana Fratelli d’Amico Armatori, propietaria del buque Mare Doricum que descargaba crudo para la Refinería de Pampilla cuando se produjo el derrame del 15 de enero, informó que la tripulación de la embarcación cumplió con todos los protocolos establecidos y que, inmediatamente, se reportó el evento.
En respuesta a un comunicado de Repsol, según el cual ha iniciado acciones legales contra Fratelli d’Amico Armatori por su responsabilidad por el vertido de petróleo, la compañía italiana señaló que no era posible adelantar conclusiones mientras no concluyan las investigaciones.
En una presentación ante el Congreso el 11 de febrero, el presidente de Repsol en el Perú, Jaime Fernández-Cuesta, manifestó que fue un “movimiento anómalo” del buque italiano Mare Doricum lo que causó la fuga de petróleo en el mar de Ventanilla.
“Fratelli d’Amico Armatori sigue cooperando plenamente con las autoridades, proporcionando toda la información necesaria para ayudar a su investigación”, señala el comunicado de la compañía italiana.
El comunicado de Fratelli d’Amico Armatori sigue la misma línea de las declaraciones del capitán del barco, Giacomo Pisani, quien ya había rechazado ante las autoridades peruanas los comunicados de Repsol que culpaban a la tripulación por el derrame de petróleo.
Omisiones de Repsol
Incluso Pisani mostró las cartas enviadas a las autoridades de la Refinería dela Pampilla sobre las irregularidades que habían cometido el personal de Repsol en el proceso de descarga y al momento de ocurrido el derrame, como no informar la cantidad de petróleo vertido ni haber actuado adecuadamente al notar crudo en el mar.
El capitán italiano, desde un principio, rechazó la imputación de Repsol sobre la autoría de la fuga de crudo y se negó a firmar cualquier documento en el que la tripulación asumiera la responsabilidad.
La Fiscalía Especializada en Medio Ambiente, el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), todavía no concluyen con las investigaciones que les corresponde en su respectivo ámbito sobre el origen de la fuga de crudo que alcanzaría los 12.000 barriles.