Este domingo ecuatorianos votan en referéndum sobre seguridad, justicia y empleo.
Los ciudadanos ecuatorianos participan este domingo en el referéndum convocado por el presidente Daniel Noboa, el cual contempla once preguntas sobre la lucha contra el crimen organizado, atracción de inversiones mediante el reconocimiento de arbitrajes internacionales e incentivar la creación de empleo con contratos temporales.
Están convocados más de 13,6 millones de ecuatorianos, de los que más de 400.000 votan en el extranjero. Esta votación será un punto de inflexión para Noboa, que se juega en ella la alta popularidad conseguida en los primeros meses de su mandato al haber elevado la lucha contra las bandas criminales a la categoría de “conflicto armado interno”.
En Ecuador el voto es obligatorio para las personas de entre 18 y 65 años, mientras que es optativo para los adolescentes de entre 16 y 18 años y también para los mayores de 65 años, así como para los policías, militares y presos sin sentencia firme.
Daniel Noboa remarcó que este el referéndum “marcará el rumbo del reto para afrontar al crimen organizado, la lucha contra la corrupción y la creación de empleo”. “Hoy es nuestro momento de hacer historia, de marcar un antes y después”, dijo Noboa, para quien “esta consulta recoge varias banderas políticas”.
El referéndum se celebra en uno de los momentos más delicados para Noboa en los cerca de cinco meses que lleva en el poder, con una crisis diplomática internacional por el asalto a la Embajada de México para detener al exvicepresidente Jorge Glas y con una crisis enérgetica interna con apagones de hasta ocho horas al día esta semana.
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En caso de ganar el plebiscito, Noboa se verá reforzado con miras a las nuevas elecciones generales que se darán en menos de diez meses y donde el mandatario evalúa presentarse a la reelección, pero si pierde puede quedar debilitado para lo que resta de mandato, hasta mayo de 2025.
La violencia criminal también ha repuntado en la semana del referéndum con el asesinato de dos alcaldes en localidades rurales en cuyos territorios hay presencia de minería ilegal, actividad en la que también ha incursionado el crimen organizado, que tiene al narcotráfico como su principal negocio.