El jueves 31 de diciembre del 2021, un incendio forestal devastó al menos 580 casas y además obligo a la evacuación de los residentes de las localidades de Superior y Louisville, en el estado de Colorado (Estados Unidos). Las autoridades locales informaron que el gobernador Jared Polis declaró el estado de emergencia.
El incendio se originó antes del mediodía (hora local) y en cuestión de horas arrasó con edificaciones y numerosas extensiones de terreno debido a los fuertes vientos.
El Servicio Meteorológico Nacional en Boulder informó que se registraron ráfagas de viento de entre 80 y 100 millas por horas (unos 128 y 160 kilómetros por hora, respectivamente).
Joe Pelle, sheriff del condado de Boulder —donde están Superior y Louisville—, calificó de «horrible» lo ocurrido.
«No nos sorprendería si hubiera heridos o víctimas mortales», afirmó el oficial en una conferencia de prensa tras advertir sobre la magnitud y la intensidad de este incendio ocurrido un área «tan densamente poblada».
Con quemaduras
El diario The Colorado Sun reveló que al menos seis personas fueron tratadas por quemaduras.
Pelle indicó, según el rotativo, que se presume que el incendio pudo originarse tras la caída de líneas eléctricas sobre el pasto, aunque aclaró que esa investigación puede demorar días.
El oficial informó que solo en dos zonas de Superior fueron arrasadas 580 casas. También resultaron afectados un centro comercial y un hotel.
Aún no se han cuantificado las viviendas incendiadas en Louisville, donde además debió ser evacuado un hospital, y otras áreas de ese condado.
La orden de evacuación incluyó además algunas áreas de Broomfield, condado vecino a Boulder.
Humo y viento
En las redes sociales circularon fotos y videos de personas que salían de una tienda y se encontraron con un estacionamiento envuelto en humo y azotado por el viento.
También mostraban personas que manejaban en medio del espeso humo y zonas donde las llamas continúan activas.
Según estimaciones de las autoridades, el incendio abarca alrededor de 1,600 acres (unas 647 hectáreas).
Ante la gravedad de la situación, el gobernador Polis declaró la emergencia, a fin de movilizar fondos para la atención de desastres y proporcionar apoyo del estado, mediante el despliegue, entre otros, de tropas de la Guardia Nacional.