Estados Unidos impone este viernes nuevas sanciones tras la oleada de pruebas de misiles balísticos de Corea del Norte.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso nuevas sanciones que incluyen a dos bancos rusos por el lanzamiento de misiles por parte de Corea del Norte, luego que Rusia y China vetaran acciones contra Pyongyang en el Consejo de la Seguridad de la ONU. Washington recordó que el régimen de Kim Jong-un ha lanzado 23 misiles balísticos en lo que va de 2022.
La entidad dijo que congeló todos los activos que pudiera haber en Estados Unidos y criminalizará la transacciones de los bancos rusos Eastern Bank y Bank Sputnik, que están acusados de colaborar con Corea del Norte, y de una empresa de fletes vinculada a la aerolínea estatal norcoreana Air Koryo.
Brian Nelson, secretario adjunto del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, dijo que los bancos «brindaron a sabiendas servicios financieros significativos» a la República Popular de Corea, nombre oficial de Corea del Norte. «EE.UU. seguirá implementando y aplicando sanciones mientras exige a la DPRK que vuelva al camino diplomático y abandone su búsqueda de armas de destrucción masiva y misiles balísticos», añadió.
Coronavirus y confianza
Estados Unidos y Corea del Sur dijeron que Pyongyang lanzó tres cohetes el miércoles y podría estar preparando su primer test nuclear desde 2017, de acuerdo con los indicios recogidos por inteligencia. Washington forzó el jueves la votación de sanciones a Corea del Norte en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero su iniciativa fue vetada por China y Rusia, que alegaron que ese paso aumentaría las tensiones y era contraproducente, considerando que Corea del Norte atraviesa una crisis epidemiológica por el coronavirus.
La representante estadounidense en la ONU, Linda Thomas-Greenfield, acusó a Pekín y Moscú de envalentonar a Corea del Norte y anunció que Washington tomaría medidas unilaterales contra Pyongyang. Seúl, por su parte, calificó como un golpe a la confianza que la comunidad internacional deposita en el Consejo de Seguridad el veto ejercido por Rusia y China, que bastaron para tumbar la propuesta, pese al respaldo que ofrecieron a EE.UU. los otros 13 países que componen el Consejo.