Una exposición larga a estos gases lacrimógenos, puede generar efectos nocivos.
Las bombas lacrimógenas son usadas en casi todos los países para dispersar a las multitudes que se descontrolan. Pese a que no se considera un arma de guerra, esto no la hace inocua para las personas.
Estas usan un compuesto químico en forma de polvo que se le añade un agente para que se disperse en el aire. Este químico irrita las diferentes membranas del cuerpo, principalmente los ojos y garganta.
Estas armas químicas producen una sensación de ardor. Además, pese a no afectar al sistema nervioso, genera una señal que provoca que las personas sientan desesperación.
Asimismo, las bombas lacrimógenas provocan una gran cantidad de lágrimas y sensación de ardor que hace querer limpiarte los ojos. Además, se produce la tos productiva como respuesta del organismo para evitar que ingresen gases tóxicos al resto de tu sistema respiratorio.
Este químico no debería provocar reacciones peligrosas en la salud, siempre y cuando la exposición al mismo sea corta y en un ambiente ventilado. Sin embargo, se pueden producir efectos graves en personas con asma, problemas respiratorios, ancianos o niños pequeños.
Por otro lado, una exposición más larga, en espacios cerrados o por una exposición repetida en el tiempo, puede ocasionar quemaduras químicas externas e internas. Además de daños al sistema respiratorio, los pulmones y problemas gástricos.
Por último, si te ves expuesto a este compuesto químico, la única receta casera con un poco de sustento científico es la solución de agua con bicarbonato de sodio. La preparación consta de 3 cucharaditas de bicarbonato por cada litro de agua.