Por: Federico Prieto Celi / En Rusia, Vladimir Putin ha ganado por referéndum la prerrogativa de gobernar constitucionalmente por muchos años. Pero el Perú no es Rusia. Nosotros hemos tenido incas, virreyes, caudillos militares y débiles presidentes civiles, pero no hemos tenido ni zares ni tiranos totalitarios comunistas.
El peruano ha tenido en las últimas décadas presidentes como Fernando Belaunde Terry y Alan García Pérez, que honraron el mandato recibido, sin pretender prorrogarlo. Al contrario, inclusive en el primer gobierno de Belaunde, los militares le quitaron un año.
Martín Vizcarra, en definitiva, no es Vladimir Putin. Esta realidad debe estar presente en todos los electores peruanos. El Perú no es Rusia. Aquí queremos tener un presidente cada cinco años, a lo más. Entre Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra, cinco años. En ningún artículo de la Constitución se dice que el primer vicepresidente, al vacar la presidencia, se convierte en Jefe de Estado, y debe contar desde cero su periodo de gobierno.
Al contrario, señala en el artículo 115 que el primer vicepresidente asume la presidencia vacante, por ausencia del presidente; el segundo vicepresidente en ausencia del presidente y el primer vicepresidente; y el presidente del Congreso en ausencia de los tres.
En este último caso debe convocar de inmediato a elecciones.
No puede ser constitucional que el presidente renuncie un mes antes de terminar su mandato y le deje la presidencia al primer vicepresidente, por cinco años; ni que el primer vicepresidente haga otro tanto con el segundo, porque entonces el trio gobernaría quince años. Un ardid que no está en la Constitución.
Por tanto, debemos estar atentos a que el parlamento o la presidencia, o ambos, motivados por el afán de perpetuarse el poder, lo consulten al pueblo en un referéndum, para ver si se quedan, al menos un añito más.
El recurso al referéndum en las democracias está visto como una medida extraordinaria, mientras que en algunas dictaduras históricas ha sido un sistema de darse un baño de democracia. No engañemos al pueblo para que le vote sí a Martín Vizcarra ni a los actuales parlamentarios, porque su suerte está echada: el 28 de julio deben entregar el mando a sus sucesores, elegidos previamente por el pueblo en elecciones con voto directo, individual y secreto.
Los electores debemos elegir un candidato entre los posibles y exigir elecciones presidenciales y parlamentarias en abril del 2021. Se puede sufrir cambios menores en cuanto a su convocatoria y a la fecha de votación, pero de ninguna manera se debe tergiversar la voluntad de los constituyentes, de asegurar que los peruanos cambiemos de plancha presidencial cada cinco años. Pedro Pablo Kuczynski y Mercedes Aráoz han renunciado a sus cargos. Martín Vizcarra no ha renunciado, aunque dijo que se quería ir el 28 de julio de 2020. Asumió el mandato de PPK. No ha recibido mandato propio sino ajeno.
Cuidado con querer poner una pregunta en un referéndum para seguir en palacio de Gobierno.
(*) Periodista y analista político