Por: Martín Valdivia Rodríguez :
Profunda sorpresa provocó ayer la destitución de Hugo Coya Honores como presidente ejecutivo del Instituto de Radio y Televisión del Perú (IRTP). Durante estos últimos meses, Coya había ejercido una administración democrática del canal de “todos los peruanos”, promoviendo programas de participación masiva así como una línea editorial caracterizada por su pluralidad e independencia respecto al gobierno.
Es precisamente ese “exceso” de pluralidad lo que motivó la abrupta salida de Coya, quien se encuentra en Europa presentando un libro de su autoría. Al gobierno le molestaba que en sus noticieros IRTP no se mostrara sobona y genuflexa con las noticias provenientes de Palacio y, por el contrario, se diera oportunidad a los diferentes sectores democráticos del país para que puedan expresarse en forma abierta y sin tapujos.
Ayer, tratando de dar una explicación a tan desatinada decisión, el ministro de Cultura, Francesco Petrozzi (ex congresista fujimorista) señaló que la salida de Coya fue “coordinada y consensuada” con el susodicho, quien –a través de sus redes sociales – desmintió que esa justificación se verdadera. “Ante mi cese intempestivo, informo que no iré a Londres, pues se trataba de una invitación oficial del gobierno británico al presidente de IRTP. Ese es un cargo que ya no ejerzo debido a la resolución suprema publicada hoy. Agradezco a todos las expresiones de solidaridad”, indicó Coya vía Twitter y Facebook.
No conocemos a Coya, no es nuestro amigo, simplemente hemos sido testigo de su trabajo y de su labor al frente de IRTP. Petrozzi debió asesorarse mejor antes de mentir descaradamente respecto al despido del periodista, de quien varias fuentes aseguran que era incómodo y que la cereza sobre el helado habría sido la transmisión en vivo de la salida de Keiko Fujimori de la cárcel de Chorrillos.
¿Su reemplazo? Al gobierno no se le ocurrió mejor idea que traer de sus cuarteles de invierno al periodista Eduardo Guzmán, quien salió del IRTP precisamente por denuncias de racismo y un pésimo manejo de la institución durante su mandato. Fue Guzmán quien, justamente, reemplazó a Coya y mandó por el tacho todos los programas plurales de su antecesor, colocando en su reemplazo cuestionadas producciones de escaso valor educativo.
Habrá que hacerle recordar a Petrozzi que IRTP es, efectivamente, el canal de todos los peruanos y no la agencia privada del gobierno, utilizada como caja de resonancia de sus propias noticias. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.