Históricamente la disyuntiva para muchos países ha sido cómo lograr tener suficiente combustible almacenado para responder ante un potencial fallo en el suministro.
El Covid-19 ha ocasionado que las aerolíneas y las industrias dejen de funcionar. Las ciudades están en cuarentena, por lo que no usan mucho sus carros. Es previsible que la demanda de petróleo en el mercado internacional se reduzca más.
Por poco más de US$6, te podías comprar el lunes un barril de petróleo del tipo Western Canadian Select. Y si quisieras comprarte un barril de crudo de referencia, el Brent del mar del Norte, por ejemplo, solo necesitarías unos US$22.
Si pensamos que hasta enero el precio del Brent rondaba los US$70 y US$36 el Western Canadian, la inversión podría salir a cuenta.
Y es que la crisis por el coronavirus -y la guerra de precios que generó entre dos pesos pesados de la producción internacional. Arabia Saudita y Rusia– han puesto en caída el valor del petróleo.
De hecho, esta semana empezó con el crudo sucumbiendo a su nivel más bajo en los últimos 18 años: el Brent alcanzó los US$22,58 y el West Texas Intermediate cayó por debajo de los US$20.
Riad, sin embargo, reiteró que a partir del miércoles aumentará su producción a un nivel sin precedentes (12,3 millones de barriles por día). En una situación de emergencia global donde consultoras y analistas prevén una caída abrupta en el consumo.
Pero en un escenario donde Arabia Saudita abre a tope las llaves de sus pozos mientras cae la compra de hidrocarburos como consecuencia de la pandemia, una cuestión logística ha comenzado a volverse un dolor de cabeza: ¿dónde meter todo el petróleo?
Y es que si históricamente la disyuntiva para muchos países ha sido cómo lograr tener suficiente combustible almacenado para responder ante un potencial fallo en el suministro, ahora el problema resulta que es tanta la oferta que no se sabe qué hacer con ella.
«En algún momento, muy pronto, es posible que la capacidad de almacenamiento de petróleo a nivel global alcance su límite», alertó la pasada semana Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía.