La derecha es extrema en Perú y ha perdido el sentido de la realidad. Verse desnudados por la pandemia del COVI-19 en sus falacias de una supuesta prosperidad económica y social de la Nación los desubicó. Nada de lo que pregonaban, era verdad. Ironías de la vida de quienes gobernaron el país con el mayor número de Presidentes acusados de delitos de corrupción de funcionarios públicos.
De ellos, era el Estado mafioso que construyeron en un mar inmenso de pobreza e islas pequeñas de riquezas. He allí como se asentaron en estas tierras el reino de la impunidad y el azote del pueblo con sangre fría inyectada en sus ojos. Hoy ya no pueden silenciar la protesta social con el sambenito del terruqueo o las balas policíacas. Pues la juventud gallarda de mi país les hace frente.
Irritados, esas fuerzas oscurantistas pretenden recuperar el poder político y los espacios sociales que hoy le resultan adversas. Ellos cuentan con el poder económico y financiero suficientes para comprar voluntades y conciencias.
Pero tienen al frente el resurgimiento de una clase ilustrada de derecha y de izquierda que tiene la posibilidad real, a partir de las experiencias de la crisis económica, de salud y de inseguridad ciudadana, como consecuencia de la pandemia COVI-19, enrumbar la Nación hacia la prosperidad social industrializando el país, vía diversificación productiva.
Ese el camino que siguieron los países como Corea del Sur, China continental, Alemania, Estado Unidos de Norteamérica, etc. Algo que, desde luego, no quiere la extrema derecha.
Entonces, recurren a los psicosociales para generar temor: Rumores tremendistas de quiebre de nuestra economía, la posibilidad de la llegada al poder de los “comunistas”, primos hermanos de los terroristas y la implantación de una dictadura etc., delirios de una imaginación algo desequilibrada.
El Perú tiene la mejor posibilidad real de optar por una revolución industrial, vía diversificación productiva, el fomento de nuestros auténticos capitanes de la industria nacional, la innovación y la tecnología al alcance del pueblo.
No hay hasta ahora, un partido políticos que mantenga en su programa de Gobierno como política de Estado, las bases para hacer de nuestra Nación un país de propietarios, de emprendedores de la industria nacional, de creadores e innovadores.
Nosotros, buscamos ser en el concierto de los países al Sur de América una potencia regional, en lo económico, financiero, social y militar, donde cada peruano ocupe un sitial preponderante en esta tarea patriótica.
La extrema derecha se ubica fuera de esa opción moderna. Ellos ya gobernaron y fracasaron estrepitosamente. Nos engatusarnos con una supuesta prosperidad y crecimiento del P.B.I. (en chiquito) que la pandemia COVI-19 los ha desnudado para vergüenza de sus corifeos.
Peruano, os invoco no emitir vuestro votos a favor de aquellos partidos políticos que ya gobernaron o cogobernaron, tampoco por aquellos otros “nuevos” que no opten por industrializar nuestra Nación. Es posible salir de esta crisis tan terrible que azota al pueblo peruano, nosotros lo podemos hacer.
(*) Abogado penalista y analista político.
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