JORGE B. HUGO ÁLVAREZ
La verdad sacrificada en favor de los intereses ajenos al interés común, es perverso. Tanto o más como aquella fe ciega por los dogmas ideológicos. Pues, los extremismos ideológicos de derechas como de izquierdas cayeron por la misma razón de sus fuentes generadoras: Idealizar, modelos económicos como verdades absolutas insustituibles.
Así, el otrora populismo se desplomó y el neoliberalismo se impuso, cuando la fuerza de las armas y el poder económico se asociaron al neoliberalismo fundamentalista. Pero bastaron las Pandemias y la Guerra: Rusia-Ucrania-OTAN-EE.UU. para que se desplomara el fundamentalismo neoliberal. Pues, resultaban que en los países de América del Sur jamás funcionaron, tampoco jugaron a la interdependencia que nos hubiera dejado cojos, pero hubiéramos podido caminar.
Por el contrario, jugaron a la total dependencia globalizada, que nos ha dejado sin seguridad alimentaria, envueltos en una crisis energética y crisis económicas sin precedentes por depender de otros.
Pues, para discutir la cuestión planteada sobre el desplome ideológico del fundamentalismo neoliberal, debemos encontrar alguna razón de principios en cuyo fundamento se puede fortalecer nuestra argumentación.
Para ello debemos recurrir a la fuente esencial y a los medios necesarios para extraerlas, veamos: La mano invisible del mercado funciona, los precios de los productos se rigen por las leyes de la oferta y la demanda.
Toda la actividad económica debe estar en manos privadas, el Estado no debe intervenir en ninguna actividad económica, etc.. Pues entonces, cuando el petróleo, el gas, los alimentos, etc. incrementaron sideralmente sus precios, los fundamentalistas renuncian a sus dogmas y exigen al Estado intervenir para impedir que sigan elevándose los precios.
Confesión propia que estas “verdades absolutas” no funcionan.
Entonces, es inmoral que el sacrificio de los pobres sea en beneficio de los ricos. Hoy ese fundamentalismo neoliberal sufre los embates de la ira popular. Primero fue Ecuador, luego Sri Lanka, le sigue Panamá. Pues, se jactaban de ser blancas ovejas del liberalismo cuando en realidad fueron cuervos ultras que cubrían vuestros ojos sometiéndonos a la degradación humana.
Por desgracia quienes estuvimos a la caza de estar verdades fuimos vilipendiados de terrucos, comunistas y/o caviares. Así como la tierra aparentaba girar alrededor de la luna, descubrimos que era falso, pues, era al revés. De igual forma se descubre que el mercado es para el hombre y no el hombre para el mercado.
Y así van cayendo una y otras “verdades” del fundamentalismo neoliberal en el Continente Americano. Por eso, quien no se ocupa del desplome del fundamentalismo, no se ocupa ni de su propia suerte. Esta racha del desplome ya no puede ser venerada en razón de la autoridad del poder económico y/o militar. Ahora, son desechados por falsos y extraños a los intereses comunes de una Nación.
La verdad no se puede asomar con pálidos reflejos sino con la luz abierta y fuerza del convencimiento. Está en nosotros no volver a equivocarnos, porque podemos errar de dos maneras: Buscando la verdad donde no debemos o aceptándola donde no queremos.
(*) Abogado penalista y analista político.
