El griego ‘loco’ que mató al jefe del ‘aparthied’ en Sudáfrica

Primer ministro sudafricano asesinado era líder de la supremacía blanca y de guettos racistas llamados batustanes

por | Oct 3, 2020 | Sin categoría

Primer ministro sudafricano asesinado era líder de la supremacía blanca y de guettos racistas llamados batustanes

Dimitri Tsafendas –mitad griego, mitad africano– asesinó al primer ministro sudafricano Hendrik Verwoerd –mitad holandés, mitad afrikáner– en su escaño del Parlamento de Ciudad del Cabo. Aunque la justicia lo consideró el acto de un demente, el magnicidio del ‘arquitecto del apartheid’ posiblemente cambió la historia de la República sudafricana

Pasaban 15 minutos de las dos de la tarde cuando el primer ministro de la República de Sudáfrica, Hendrik Werwoerd, el artífice de la supremacía blanca, entraba en Parlamento para iniciar una nueva sesión de trabajo.

No había acabado de sentarse en su escaño y saludar a sus correligionarios más cercanos cuando se le acercó un ujier parlamentario. Aunque esta vez, el uniformado ordenanza no portaba un mensaje si no la muerte. En escasos segundos Dimitri Tsafendas asestó al primer ministro cuatro certeras puñadas en el pulmón y en el corazón.

Algunos diputados que eran médicos corrieron en su ayuda, pero no pudieron hacer nada para salvar su vida. Fue trasladado al hospital Groote Schuur, donde solo pudieron certificar su fallecimiento.

LA VÍCTIMA

Hendrik Werwoerd, primer ministro desde 1958, fue uno de los arquitectos, junto a Daniel-François Malan y Johannes G. Strijdon, del régimen de segregación racial conocido como apartheid. Durante su mandato, en 1961, Sudáfrica se constituyó en República, quedando totalmente desvinculada de la Commonwealth.

Nacido en Holanda en 1901, su familia se trasladó a Sudáfrica cuando él era un niño. Fue un alumno brillante en los mejores colegios del país. Se licenció en la Universidad de Stellenbosch, donde fue profesor de psicología aplicada y después docente en el departamento de Sociología.

A partir de 1937, cuando fue nombrado editor del periódico nacionalista afrikáner Die Transvaler, en Johannesburgo, comenzó su carrera política: senador en 1948, ministro de Asuntos Indígenas en 1950 (donde fue responsable de importantes leyes pro-apartheid), diputado en 1958 y, pocos meses después, con motivo de la muerte de Johannes G. Strijdon, asumió el cargo de primer ministro de Sudáfrica, gracias al apoyo del líder del ala derechista del partido, B. J. Voster.

Como primer ministro puso en pie el corpus legislativo segregacionista: separación en distintos territorios de la población blanca frente a los mestizos, a los asiáticos y a los negros, creando en 1959 ocho reservas para la población negra, conocidas como Bantustanes.

La aplicación de esta política racial produjo conflictos y derramamientos de sangre continuos, como la masacre de Sharpeville en marzo de 1960. Su gobierno también fue responsable de la ilegalización del CNA y de la sentencia de cadena perpetua a Nelson Mandela, en marzo de 1964.

EL ASESINO

El proceso judicial a Dimitri Tsafendas fue rápido y terminante. Un juicio sumario que comenzó cuarenta días después del asesinato de Werwoerd, el 17 de octubre de 1966 y que concluyó tres días más tarde con la declaración del juez 3 de que Tsafendas “estaba loco y no apto para ser juzgado”.

Acto seguido, el magistrado ordenó que el acusado fuera recluido en una prisión del Estado a elección del primer ministro de la nación –un privilegio de las leyes sudafricanas.

Tsafendas fue confinado en la prisión central de Pretoria. Podía haber sido encerrado en una institución mental, pero el Gobierno sudafricano aprovechando una laguna en la ley lo encerró en una celda del corredor de la muerte, al lado de la sala de ejecución.

Durante casi un cuarto de siglo, hasta 1989, cuando fue trasladado a la prisión de Zonderwater, escuchó los gritos y el golpe de la trampilla cuando los condenados a muerte eran ahorcados (y también los simulacros de mantenimiento semanal de las siete horcas de la sala).

Si el régimen no lo pudo ajusticiar debido a su enajenación, se resarció manteniéndolo confinado en un infierno. Técnicamente sólo el máximo mandatario del país podía pedir su liberación, pero ninguno de los que pasaron por el cargo lo hizo.

Tsafendas fue trasladado a un asilo mental de Sterkfontein en julio de 1994, después de la llegada de Mandela al poder. Allí murió el 7 de octubre de 1999.

PERFIL DE TSFAENDAS

Demitri Tsafendas había nacido en Mozambique, en enero de 1918, hijo de un ingeniero de marina de origen griego y de una criada mestiza. Vivió unos años con su abuela paterna en El Cairo y después fue enviado a un internado en Middleburg, en el Transvaal.

Allí sufrió los primeros prejuicios raciales, soportando el apodo de Blackie. Regresó a Mozambique y comenzó a trabajar en una tienda y a boxear en su tiempo libre. En 1936 se trasladó a Sudáfrica, trabajando durante un tiempo en una fábrica de municiones.

Cinco años más tarde, se unió a la marina mercante y comenzó una vida nómada. Visitó y trabajó en diferentes países, entre ellos, Canadá, Estados Unidos, Grecia, Portugal, Alemania y Francia. En alguno de ellos fue internado temporalmente debido a su inestabilidad mental que se fue agudizando con el tiempo.

Finalmente, con la ayuda de la Cruz Roja, regresó en 1964 a Sudáfrica. Hablaba con fluidez ocho idiomas y de alguna forma, pese a su desequilibrio mental y su ascendencia mixta, dos meses antes del magnicidio consiguió el empleo de ordenanza en el Parlamento.

¿POR QUÉ MATÓ A VERWOERD?

Como en otros muchos magnicidios, no tardaron en aparecer preguntas sobre el autor y sus intenciones. Más allá de la versión oficial (era un griego loco que siguió las instrucciones de una tenia gigante) y sin cuestionar que Tsafendas sufría inestabilidad mental, las pocas investigaciones llevadas a cabo con posterioridad sobre la vida de del homicida descubren una historia diferente que arroja algunas dudas sobre la naturaleza del magnicidio.

Tsafendas había tenido una cierta conciencia social y política, había militado durante un tiempo en el partido comunista y había sufrido los prejuicios raciales al ser una persona de piel morena.

De hecho, unas semanas antes del asesinato, había intentado que le recalificarán de blanco a ‘color’ para poder convivir con una mujer de raza mixta de la que estaba enamorado.

Pudo ser el desencadenante del desequilibrio que le llevo al asesinato. A pesar de su inestabilidad mental, muchas de las personas que compartieron viajes y trabajos con él en el extranjero testimoniaron su talento y facilidad para el aprendizaje de idiomas.

Los adictos a las teorías de la conspiración no dejaron de insinuar que Tsafendas apuñaló al primer ministro con tal precisión que las heridas mortales sólo se podían haber logrado con el entrenamiento y no de forma espontánea.

Quizás no fue solamente el acto de un esquizofrénico (como dictaminaron los peritos judiciales) si no el de un hombre atormentado y conducido a la locura por el racismo que le persiguió durante su vida. No sería, pues, sólo una coincidencia que el pequeño Blackie, despreciado por sus compañeros en la escuela, se convirtiera treinta años más tarde en el hombre que clavó un puñal en el corazón del jefe de Estado del apartheid.

Betsie Schoombie, esposa de Verwoerd, se unió  a los independentistas

Elizabeth «Betsie» Verwoerd

Elizabeth «Betsie» Verwoerd, (17 de mayo de 1901 – 29 de febrero de 2000) fue la esposa del Primer Ministro de Sudáfrica Hendrik Verwoerd. Su esposo fue asesinado en 1966.

Aun cuando muchos pensaron que la muerte de su esposo fue obra de los independentistas sudafricanos liderados por Nelson Mandela, ella no tuvo reparos en conciliar con el independentista cuando su movimiento derrotó a la segregación y Mandela se convirtió en el primer mandatario negro de Sudáfrica.

Ella dio por En 1991 se unió a la Iglesia Protestante Afrikáner2​ y en 1992 se mudó a Orania, el asentamiento fundado por su yerno. Betsie mantuvo hasta su muerte un museo con objetos personales de su esposo. Fue visitada por el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente, Nelson Mandela, en su casa en agosto de 1995. Su encuentro con Mandela fue interpretado como un gesto de reconciliación.

Betsie Verwoerd murió en su casa el 29 de febrero de 2000 a la edad de 98 años. Nelson Mandela expresó su tristeza por su muerte, afirmando que había quedado impresionado con su «pura hospitalidad afrikáner» cuando la visitó en 1995.​ Fue enterrada en Orania a las cuatro de la tarde del sábado 4 de marzo de 2000, después de lo cual se celebró un servicio conmemorativo al día siguiente en Pretoria.​

Después de su muerte, su casa de la calle Amietis de Orania se convirtió en un museo. Una escuela primaria en Randfontein fue nombrada anteriormente en su honor; luego fue renombrada. Una calle en Goodwood, Ciudad del Cabo conserva su nombre.

 

Fuente: https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20160906/41121742350/sudafrica-apartheid-magnicidios-hendrik-verwoerd-dimitri-tsafendas-atentados-politicos.html


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