Advierte que 250 millones de menores están fuera del sistema escolar por conflictos, migración y pobreza. Destaca la educación como herramienta esencial contra la discriminación y la exclusión.
El Papa Francisco ha emitido un llamado urgente para enfrentar lo que describe como una “catástrofe educativa mundial”, que afecta a aproximadamente 250 millones de niños y jóvenes que no tienen acceso a la educación. En un mensaje difundido por la Red Mundial de Oración del Papa, subrayó que factores como las guerras, las migraciones y la pobreza están privando a una generación entera de un derecho fundamental: la educación.
“Todos los niños y jóvenes tienen derecho a ir a la escuela, sin importar su situación migratoria”, declaró el Sumo Pontífice. Añadió que garantizar el acceso a la educación no solo combate la discriminación, la delincuencia y la explotación, sino que también facilita la integración de los migrantes en sus nuevas comunidades.
Francisco destacó el impacto devastador que la falta de educación tiene en los menores que viven en contextos de conflicto o en campos de refugiados. Además, señaló las barreras legales y logísticas que enfrentan en los países de acogida, lo que agrava su situación de vulnerabilidad.
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La Iglesia Católica ha sido un actor clave en esta causa, proporcionando apoyo educativo en zonas de crisis. Entre los ejemplos están las escuelas gestionadas por la Fundación AVSI en Jordania y Líbano, que atienden a niños refugiados sirios, así como los centros salesianos en Uganda y el Instituto Madre Asunta en México, enfocados en la formación de menores migrantes.
Organizaciones internacionales, como el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) y UNICEF, también han contribuido a esta misión. A través de programas educativos en campos de refugiados y cursos de idiomas para desplazados, como los niños afectados por la guerra en Ucrania, estas iniciativas buscan devolverles una oportunidad de futuro.
En paralelo, el Papa Francisco reiteró su mensaje de esperanza y reconciliación en encuentros recientes con la Unión de Ciegos y Discapacitados Visuales y la Archicofradía de los Santos Juan Bautista y Evangelista. En el marco del Jubileo 2025, animó a los presentes a servir a los más necesitados y trabajar por un mundo más justo y solidario.
El llamado del Pontífice no solo pone en evidencia la magnitud de la crisis educativa global, sino también la urgencia de tomar medidas concretas para proteger el derecho a la educación de los más vulnerables.