El Palacio de Kensington subrayó que la recuperación y el bienestar de la princesa
La princesa de Gales, Kate Middleton, reapareció con gran elegancia en el balcón de Buckingham, acompañando a la familia real en su primer acto público desde que anunció su diagnóstico de cáncer. Este retorno, descrito como «perfecto y triunfal» por los cronistas reales, coincidió con la apertura de los cielos y la llegada de Kate, eclipsando incluso el vuelo de los Red Arrows. La multitud de británicos celebró su vuelta a la luz pública después de seis meses marcados por una operación de cirugía abdominal y tratamiento de quimioterapia.
La amenaza de lluvia no impidió el despliegue de pompa y boato en el tradicional desfile Trooping the Colour, celebrado en honor al cumpleaños del rey Carlos III. Consciente del simbolismo del momento, el rey pidió personalmente a Kate que se uniera a la familia, proyectando un mensaje de esperanza y continuidad. Vestida de blanco con un lazo marinero de Jenny Packham y un sombrero de Philip Tracey, Kate lució impecable, complementando su atuendo con un broche del regimiento de la Guardia Irlandesa. Pese a los rigores de su enfermedad, interpretó su papel a la perfección.
Este evento marcó su primer acto oficial desde la misa navideña en Sandringham hace casi seis meses. El Palacio de Kensington aclaró que su participación no implica un retorno completo a sus obligaciones públicas, aunque se espera que haga apariciones ocasionales junto al príncipe Guillermo durante el verano. Guillermo también participó en el desfile, montado en su caballo, mientras que Kate viajó en una carroza junto a sus hijos George, Charlotte y Louis, quienes parecían encantados de estar nuevamente en la acción con su madre.
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La comitiva real partió del Palacio de Buckingham a las 10:30 hora local, con Carlos y Camila en su propia carroza. El rey, aunque deseaba montar a caballo, decidió no hacerlo tras consultar con los médicos y por influencia de Camila, quien le ha pedido reducir su ritmo tras su propio diagnóstico de cáncer. Kate, sonriente durante gran parte del trayecto, saludó a los miles de británicos agolpados en el mall de Londres.
Al llegar al Horse Guards Parade, Kate descendió con paso firme de la carroza real, acompañada por sus hijos. Desde la ventana de la antigua oficina del duque de Wellington, observaron el desfile de 1.400 soldados, 400 músicos y 200 caballos. Como coronel de la Guardia Irlandesa, Kate delegó la revista de la tropa al teniente general James Bucknall debido a su condición de salud. En su último mensaje, Kate anunció que su tratamiento de quimioterapia continúa y que planea participar en algunos actos públicos durante el verano, aunque no está completamente fuera de peligro.
El Palacio de Kensington subrayó que la recuperación y el bienestar de la princesa son la prioridad, y los planes pueden cambiar según sea necesario. A pesar de su situación, Kate no mostró signos de debilidad y la ceremonia se desarrolló sin contratiempos. Las 41 salvas de Green Park se mezclaron con los truenos del mediodía, y la familia real fue aclamada al tomar posiciones en el balcón de Buckingham. Carlos y Camila se situaron en el centro, con Kate a la derecha del monarca y Guillermo detrás de ella, acompañado de sus hijos.
El desfile de los Red Arrows, que dejaron una estela azul, blanca y roja, culminó un evento lleno de color y emoción. A pesar de mostrar signos de cansancio, Carlos III se mostró encantado con la presencia de Kate en su gran día. El Trooping the Colour se celebra tradicionalmente para conmemorar los cumpleaños de los monarcas, y este año, Carlos III celebrará su 76º cumpleaños el 14 de noviembre.
