‘El túnel’, obra teatral que llegó a Lima, explora la obsesión y la tragedia humana, mostrando crudas realidades de la sociedad contemporánea.
Por: Olivia Chava
Foto: Silvana Matta
La obra teatral «El túnel», dirigida por Guillermo Ale y basada en la novela homónima de Ernesto Sábato, explora los caminos autodestructivos de la obsesión, donde los destinos mortales son inevitables. Presentada como un espejo distorsionado de los aspectos más decadentes y violentos de la sociedad contemporánea, sumerge al espectador en el abismo emocional y existencial de un hombre atormentado por sus traumas sentimentales.La puesta en escena, producida por la asociación teatral La Cuarta Pared, celebra sus veinte años en escenarios.
El protagonista, el pintor Juan Pablo Castel, se embarca en un viaje introspectivo en busca de consuelo tras el asesinato de María Iribarne, a quien consideraba el amor de su vida. Sin embargo, sus obsesiones y trastornos mentales emergen en un torbellino neurótico que atrapa al público en un túnel de desesperación. Los vaivenes psicológicos de Castel reflejan una introspección que resuena en un mundo marcado por la inestabilidad y el caos.
Lee:
Loreto celebra carnavales con “La fiesta de la Humisha 2024”
Guillermo Ale explica que el personaje principal personifica las angustias de quienes idealizan sus propias inseguridades tras fracasar en relaciones amorosas, convirtiendo la sensación de abandono de Castel en un símbolo de fragilidades humanas y temor constante a la pérdida.
A pesar de los cambios globales, la narrativa de «El túnel» sigue siendo relevante al reflejar la crisis existencial del hombre contemporáneo. Las preocupaciones sobre la ansiedad y la pérdida de sentido persisten, manifestándose hoy en día en fenómenos como la ansiedad tecnológica. El trágico destino de María Iribarne resuena con la realidad de un mundo donde los feminicidios son una dolorosa realidad, especialmente en países como Argentina, que enfrentan altos índices de violencia de género.
«El túnel» ofrece una exploración inquietante de los laberintos de la mente humana y las consecuencias devastadoras de la obsesión, arrojando una luz cruda sobre las luchas existenciales de nuestra época.