Por: Pablo Carranza
– ¿Ve algún tipo de amenaza a la soberanía nacional que un régimen como el de China tenga tantos activos empresariales en el Perú?
Creo que ha sido muy imprudente por parte del Perú autorizar algunas adquisiciones chinas. En primer lugar, no es legal, y se ha forzado la interpretación de la ley, que una sola empresa distribuya toda la energía eléctrica de la ciudad de Lima, cuando luego de sucesivas adquisiciones, la misma empresa china, de propiedad del Partido Comunista Chino, administra tanto Edelnor como Luz del Sur. Eso a mí me parece aún más grave que las demás adquisiciones. También sabemos que después de un conjunto de adquisiciones que hizo Glencore en China, se vio forzada a vender Las Bambas al gobierno chino, como parte de su penetración en la República Popular China. Entonces, Las Bambas terminó también en manos del gobierno chino. Adicionalmente, Shougang, que ya estaba en manos del gobierno chino, y sabemos que no se caracteriza por su respeto a la legislación laboral y ambiental. Luego, pasó también con el caso de Toromocho y Chinalco, donde China Copper, otra empresa del gobierno chino, ha terminado comprando otro activo minero cuprífero, igualmente de primera importancia. Entonces, además de las adquisiciones en otras actividades, está muy claro pues que el Partido Comunista de China ha desembarcado en el Perú de una forma muy agresiva. El gobierno chino no es una democracia, es un partido único, no hay propiedad privada, no hay empresas privadas, todo le pertenece al gobierno chino, que es un gobierno totalitario.
– ¿Con la inauguración del megapuerto de Chancay aumenta esa amenaza?
Claro, la cereza en el helado ha sido el puerto de Chancay, que como usted sabe, hay accionistas que no son chinos, pero tienen solamente el 40%, son minoritarios y la mayoría está bajo el control de una empresa de propiedad del Partido Comunista, Cosco Shipping. Entonces, me queda muy claro que hay una política sistemática de penetración económica por enclaves, como lo denominaban mis profesores socialistas de la Católica en los años 80, que se está llevando a cabo en el Perú y nadie dice nada. Nos hemos vuelto un enclave del Partido Comunista Chino para su penetración en el continente sudamericano. Si esto fuera Estados Unidos o si fuera Gran Bretaña, ya estaríamos viendo a los sociólogos de la Católica armar un escándalo de los mil demonios. Pero como es el Partido Comunista de China, nadie dice nada. Yo, francamente, quiero alertar los peligros que eso importa.
– Dado que el Partido Comunista de China conduce el gobierno de manera totalitaria ¿eso nos pone en una situación complicada?
Yo diría que sí, porque se están apoderando de todo el país ¿no? Y además están comprometiendo la situación internacional del Perú, porque a la hora que China, que ya era un socio comercial de gran importancia, porque la harina de pescado peruana mayoritariamente va al mercado chino, las frutas van mayoritariamente al mercado chino, además de ser un socio comercial, se convierte China en un actor protagónico de servicios básicos como la electricidad, puertos, o la explotación de minerales. Ya estamos hablando de una fase superior de la penetración económica en nuestro país. Entonces, si fuera una economía de mercado, un estado democrático, no habría ningún problema porque es la inversión privada y el mercado libre da igual ¿no es cierto? Pero este no es el caso, pues, es un estado totalitario el que está invirtiendo en el Perú, y eso equivale a una forma de coloniaje. Para mí somos víctimas de un evidente intento de colonización por parte de China. Hay un neocolonialismo económico que se está introduciendo gravemente en el país a vista y paciencia de todos.
– ¿Es verdad que el puerto de Chancay no es parte del sistema nacional de puertos del Perú, y más bien es un puerto privado?
Es una situación legal indefinida, como usted sabe, ha habido una serie de discusiones, existe en Indecopi una discusión, siendo un puerto privado los alcances, las características del puerto privado, que no es una concepción. En principio, si fuera un puerto privado, solo debería servir a su propietario, pero acá pretenden utilizar un puerto privado como si fuera un puerto público y sin someterse a las restricciones, a la normativa, sobre todo, por ejemplo, a la competencia en materia de servicios de rampa. Hemos escuchado que Cosco Shipping se niega a aceptar la competencia en los servicios de rampa, que sí, por ejemplo, existe en el puerto del Callao, en el puerto de Sechura, que tienen operadores distintos. Usted sabe, el puerto del Callao está operado por Dubai Ports. Dubai Ports también es una empresa de origen oriental, es el sultán de Dubai, pero ahí se actúa de una manera democrática. Es un puerto en el cual hay competencia en los servicios de rampa. Aquí, en el caso de Chancay, no se pretende aceptar la competencia en los servicios de rampa. Entonces, Indecopi tiene en mi concepto la última palabra, yo espero que se haga respetar la ley peruana y no se convierta en un enclave donde rija la ley china. Eso es inaceptable.
– ¿Usted cree que eso nos aleja de Occidente?
Naturalmente. Mira, pesca frente a la costa peruana, una flota china en altamar de barcos factoría, que la propia embajada americana, ha dicho que son entre 200 y 300 barcos. Si a eso agregamos el puerto y toda la situación de penetración china, ciertamente nos estamos alejando de Occidente, nos estamos alejando de nuestros aliados y socios naturales con quienes compartimos, no solamente los principios básicos de la democracia occidental, sino la cultura, para acercarnos a un mundo totalitario que no compartimos. Entonces, creo que por eso tiene que haber una gran imprudencia por parte de los gobernantes que no han sabido moderar.