– ¿Por qué el Poder Judicial anuló al juicio por el caso Cócteles contra Keiko Fujimori y otros investigados?
Esencialmente porque la acusación no reunía las condiciones necesarias de acuerdo al Código Procesal Civil. En cuanto al fondo, por todos los conocedores del Derecho, se sabía que los aportes de campaña electoral otorgados en el 2006 y en el periodo electoral siguiente, no constituían, por sí, delito. Y los fiscales pretendieron involucrar, por motivos políticos, a Keiko Fujimori y a su entorno en una suerte de caso de lavado de activos, cuando sabían perfectamente que los fondos recibidos en ese momento, no solamente que habían sido aportados a todos los partidos, sino que constituían un fondo producto de la actividad regular de la empresa constructora, así como de los otros aportantes, como un conocido banco. Todos eran fondos provenientes de la actividad lícita. Habían sido aportados dentro de un procedimiento habitual al interior de esas empresas. Por tanto, no existía delito. Trataron de forzar el delito y por eso es que no encontraron los fundamentos necesarios para formular la acusación. Esta fue devuelta más de siete veces por un juez irresponsable que debió haberla rechazado de plano y nunca haberla admitido al proceso. Y ahora esas son las consecuencias. No hay caso.
– ¿A qué se debía este afán de querer llevar este caso adelante cuando no había pruebas?
El objetivo era presentar a Keiko Fujimori como una sospechosa, políticamente como una delincuente en las campañas electorales en las cuales ella se presentó. Y también, de paso, distraer la atención respecto a los verdaderos delincuentes, aquellos que sí realmente facilitaron proyectos de dudosa calidad, como Odebrecht, así como también aquellos que recibieron coimas directas. Cosa que no fue el caso de Keiko Fujimori, porque nunca llegó a gobernar.
– ¿Fueron utilizados políticamente estos fiscales a favor de los enemigos de Keiko y Fuerza Popular?
Sí, sí, por supuesto. El derecho ha sido utilizado para conquistar el poder y para mantenerlo y los fiscales han sido una pieza para ello, una pieza más de una trama política e ideológica.
– ¿Qué es lo que debería hacer Keiko ahora para limpiar su nombre?
Lo principal es denunciar a los fiscales, también denunciar al juez que admitió la acusación en forma indebida, y desde ahí pasar a la ofensiva. Políticamente, lo que necesita Keiko Fujimori es pasar a la ofensiva contra todos aquellos que la han agraviado sin fundamento.
– ¿Tan ineficientes eran los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela que en todos estos años no han podido tener éxito en ningún caso de ‘Lava Jato’?
Sí, por supuesto. Ellos no tienen prestigio alguno en el campo del derecho penal. Ellos en realidad han sido seleccionados entre las personas más mediocres del Ministerio Público que, además, como es público y notorio, muchas de las personas que han sido promovidas en instancias superiores y supremas no reúnen ninguno de los requisitos y, por el contrario, tienen tesis desaparecidas, diplomas de eventos fraguados, y cada vez que absuelven consultas de carácter jurídico en el Congreso o a nivel de la prensa, o incluso durante los procesos judiciales, se nota perfectamente que de derecho conocen muy poco. Pero justamente esas personas son las que se subordinan y someten más fácilmente.