Las medidas de ahorro de España suponen un agujero fiscal de 17.000 millones
Las medidas fiscales aprobadas en los últimos meses por el Gobierno de España para abaratar la factura energética de los hogares españoles tienen un problema: su fuerte carácter regresivo. La razón es que benefician al conjunto de los contribuyentes, sin tener en cuenta factores clave como el nivel de renta.
Por ello, a medida que se acerca el plazo de vencimiento y el momento en que el Ejecutivo de España tendrá que decidir si las prorroga o no, muchas voces piden rediseñarlas para centrarlas en los más vulnerables. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), en concreto, sugirió este martes utilizar el gasto fiscal asociado al plan para dar ayudas directas a los hogares de menos renta. En tal caso, cada uno de ellos podría recibir un cheque de casi 1.900 euros en ayudas.
El coste de todo el paquete energético, en el que se incluyen medidas como la rebaja del IVA de la luz y el gas hasta el 5% o la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, asciende a los 16.932 millones de euros a lo largo de todo el año 2022 teniendo en cuenta la intensidad y el tiempo de aplicación de cada iniciativa, según los cálculos del director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente.
Desde Fedea recomiendan fijarse en las familias con ingresos inferiores a los 2.000 euros mensuales (el 47% de todos los hogares españoles) y centrar en ellos las ayudas directas. En 2021, estima De la Fuente, había en España casi nueve millones de hogares con ingresos netos regulares por debajo de esta cifra, cuyo gasto medio en comida y energía rondó los 6.100 euros anuales.
En total, unos 55.000 millones de euros. “El ahorro derivado de la eliminación de las ayudas no selectivas a la energía”, prosigue De la Fuente, “permitiría enviar a cada una de estas familias un cheque por un importe de 1.889 euros”.