Especialista señala que a partir de los 6 meses, además de la leche materna, los niños deben consumir purés espesos ricos en hierro, verduras, carbohidratos y cereales.
No cabe duda que la leche materna es el mejor alimento para un recién nacido, pero, a partir de los seis meses, el bebé debe iniciar una alimentación complementaria a través del consumo de comidas suaves y sólidas, ricas en hierro, así como verduras, carbohidratos y cereales que contribuyan a su desarrollo y buena salud. La licenciada Wendy Cubas, nutricionista del hospital Octavio Mongrut de EsSalud, explicó que a partir del sexto mes de vida, el niño requiere del consumo de otros alimentos pero sin dejar la lactancia materna, la cual es recomendable extenderla hasta los dos años de edad.
Sostuvo que la alimentación complementaria del bebé debe ser variada, rica en verduras, fuentes de hierro, así como carbohidratos, cereales y alimentos proteicos.
“El primer mensaje clave es darle comidas espesas o segundos. Hay que tener en claro que al bebito no se le puede dar sopas ni caldos, mientras más concentración tenga el alimento, más nutrientes va a ingerir”, señaló.
EsSalud: Edades y cantidades
La especialista de EsSalud dijo que el segundo mensaje clave es que “a más edad, comerá mayor cantidad y más veces al día”. Eso significa que el crecimiento del bebé marcará también una nueva guía en cuanto a las cantidades de comida que deberá ingerir, sin dejar de lado la leche materna.
A partir del medio año, las cantidades podrán distribuirse de esta manera: de seis a ocho meses, los pequeños deberán comer purés espesos -los cuales pueden aligerarse con un chorrito de aceite de oliva- entre tres a cinco cucharadas soperas.
De nueve a once meses, empezarán con las comidas picaditas de cinco a siete cucharadas soperas y, de un año a más, el bebito comerá de la olla familiar. Es importante tener en cuenta que los alimentos deben prepararse bajos en sal y condimentos.
Niños de hierro
Un tercer mensaje clave -anota la especialista- es el consumo de alimentos ricos en hierro, imprescindibles para el desarrollo del bebé, como la sangrecita, el hígado, el bazo, los pescados oscuros como el Bonito.
El cuarto mensaje clave es acompañar siempre las comidas con verduras y frutas de diversos colores, ya que cada color contiene diferentes aportes en nutrientes, vitaminas y minerales buenos para el bebé.
Anotó que, como quinto y último mensaje clave, también debemos ofrecer al bebé menestras cuando su sistema digestivo ha madurado. En ese caso, se recomienda que, cuando coma lentejas, garbanzos o frejoles, lo acompañe con algo cítrico para ayudar a fijar mejor el hierro.
“No debemos olvidar que para estimular la masticación cuando del bebé ya tiene dientes, la alimentación pasa de ser espesa o en puré a picada y sólida”, apuntó.