La I.A sigue sorprendiendo al mundo
El perturbador fenómeno de las «falsas influencers rusas» que buscan conquistar a hombres chinos ha dejado al descubierto una sofisticada red de engaño y manipulación. A través de la suplantación de identidades respaldada por la inteligencia artificial (IA), estas impostoras difunden discursos aduladores sobre la relación entre China y Rusia, mientras promueven la idea de matrimonios interculturales.
El caso de Olga Loiedes, una estudiante ucraniana víctima de este ardid, ilustra la complejidad de esta trama. Descubrir que su imagen y voz habían sido utilizadas para crear avatares digitales en plataformas chinas, promoviendo mensajes que nunca expresó, fue un shock para ella y sus seguidores. Aunque Olga reside en Estados Unidos y no tiene conexión con Rusia ni habla mandarín, su identidad fue tergiversada para atraer la atención de hombres chinos con fines comerciales.
Las tácticas de estas falsas influencers van más allá de simples halagos a China. Utilizan la narrativa patriótica y antiestadounidense para ganar seguidores y promocionar productos supuestamente rusos, creando así un lucrativo negocio en las redes sociales chinas. Este fenómeno no se limita a Olga; numerosas jóvenes occidentales han sido víctimas de esta estafa, aprovechando la narrativa pro-Kremlin adoptada por China después de la invasión rusa de Ucrania.
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La plataforma de Douyin fue testigo de perfiles ficticios como el de «Russian Nana», quien, a pesar de su popularidad, fue suspendida por utilizar filtros falsos para crear una identidad inexistente. Otro caso impactante fue el de un supuesto soldado ruso en Chechenia, cuyo perfil estaba respaldado por la tecnología deepfake, que utiliza la IA para replicar el rostro y la voz de personas reales en situaciones ficticias.
Esta sofisticada tecnología deepfake no solo se utiliza para estafas en redes sociales, sino que también plantea graves riesgos para la seguridad. La policía china ha alertado sobre su creciente amenaza, especialmente después de un caso en Hong Kong donde una empresa perdió millones debido a una videoconferencia engañosa. Los estafadores lograron superponer los rostros de ejecutivos reales en videos falsos, engañando a un empleado para realizar transferencias bancarias.
La proliferación de estas estafas impulsadas por IA plantea desafíos significativos para la seguridad en línea y la confianza en la información digital. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, es crucial estar alerta ante tales manipulaciones y tomar medidas para proteger la integridad de la identidad y la información en línea.
