Luego de tres décadas, Azerbaiyán recuperó sus territorios internacionalmente reconocidos
Azerbaiyán -un país ubicado entre Rusia, Georgia, Armenia, Irán y Turquía, de poco menos de once millones de habitantes- sufrió uno de los pasajes más oscuros de su historia hace 30 años: “la masacre en la ciudad de Joyalí”.
Joyalí era una cuidad próspera ubicada en la región de Karabaj de Azerbaiyán, hogar de más de 7.000 personas, quienes fueron víctimas, del 25 al 26 de febrero de 1992, de las fuerzas armadas de Armenia.
Tras un bombardeo masivo sobre Joyalí, y con la ayuda del antiguo regimiento de guardias de infantería de la URSS N° 366, los militares armenios tomaron por la fuerza el control de la ciudad de Joyalí, destruyéndola y llevando a cabo una de las masacres más sangrientas del siglo XX.
Los perpetradores se cobraron la vida de 613 personas, entre los cuales figuraban 106 mujeres, 83 niños y 70 adultos mayores. Además, incapacitaron a 476 individuos, mientras que 1.275 fueron tomados como rehenes, torturados con brutalidad, y 150 personas hasta el día de hoy siguen desaparecidas.
Evidencias
Este genocidio fue documentado con evidencias grabadas por periodistas de diversos medios internacionales, como la BBC Morning News, The Washington Post, Le Monde, Times, Newsweek y etc. Cadáveres congelados en posturas de rendición, disparos a quemarropa, cabezas desgarradas, niños y mujeres mutilados son algunas de esas evidencias terroríficas de la incomprensible crueldad de Armenia.
El Genocidio de Joyalí tuvo la clara intencionalidad de generar terror, como parte de una ofensiva militar que tuvo como objetivo el apoderamiento de los territorios pertenecientes a Azerbaiyán, que no estaba sujeto a reclamo territorial legal alguno y cuya agresión fue autorizada por el más alto nivel político y militar armenio.
Como lo prueban las palabras del ex presidente armenio Serzh Sargsyan, quien en el libro del autor británico Thomas de Waal “Black garden: Armenia y Azerbaiyán Through Peace and War” confiesa: “antes de Joyalí, los azerbaiyanos pensaban que los armenios no eran capaces de tocar a la población civil. Así que logramos derribar esa opinión y esto sucedió”.
Armas químicas
De acuerdo con el politólogo, Santiago Bonilla Páez, se usaron armas químicas, que estaban prohibidas. Es decir, quebraron los protocolos de la Convención de Ginebra también.
Uno de los periodistas que se encontró en el lugar, lo retrató como un hecho terrible. “Yo escuché de las guerras, de muchos discursos de la brutalidad del nazi alemán. Pero, los armenios los sobrepasaron, asesinando a niños de las edades 5-6 años y a los civiles”, dijo Jean-Yves Yunet.
Mediante la ocupación de Joyalí, Armenia tenía como objetivo obtener una ventaja estratégica y oportunidades para invadir otras ciudades de Azerbaiyán. Hasta 1994 Armenia ocupó en total el 20% del territorio internacionalmente reconocido del país, y cometió la limpieza étnica contra cerca de 1 millón de azerbaiyanos.
Conflicto
El Genocidio de Joyalí fue resaltado por Human Rights Watch como la masacre más sangrienta cometida en el transcurso de ese conflicto. Sin embargo, no fue el único caso, ya que Armenia cometió matanzas masivas en otras localidades de Azerbaiyán.
Tras un periodo de casi 30 años, la persistente diferencia por parte de Armenia de reconocer las resoluciones de la ONU que exigían la retirada de las tropas armenias de los territorios ocupados de Azerbaiyán, así como el fracaso de las negociaciones en el marco de la OSCE a causa de la posición destructiva de la misma Armenia, forzó a Azerbaiyán en 2020, a liberar sus territorios durante la reciente guerra de 44 días, estallada también en el resultado de otra provocación de Armenia.
Crueldad
En el 2008, se inició una campaña de sensibilización a nivel internacional, y así divulgar lo que pasó en 1992: “Justicia para Joyalí”. Debido a ello, 17 países y 24 estados de los Estados Unidos reconocieron el acto de crueldad al que Joyalí fue sometido. Perú, México, Guatemala y Colombia son algunos de los que se sumaron a la condena de dicha matanza histórica, que permanece en la mente de los azerbaiyanos.
En nuestro país, la Liga Parlamentaria de Amistad Perú-Azerbaiyán también condenó, en varias ocasiones, dicha masacre e hizo un llamado a que no se vuelva a repetir.
Por otro lado, el 22 de abril del 2010, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos resolvió que lo ocurrido puede constituirse como crimen de guerra o crimen de lesa humanidad.
A pesar de los hechos comprobados por medios internacionales y la confesión del expresidente armenio, la justicia todavía no ha llegado a las familias que vieron a sus parientes partir. Así como la dignidad que se ve socavada para Joyalí, al no tener a los culpables pagando penas por las acciones fatídicas.
El 26 de febrero se cumple el 30º aniversario de uno de los más horribles actos de genocidio de la historia reciente.