Exvicepresidente analiza escenario electoral y el peligro que representa Pedro Castillo. Almirante (r) asegura que la Marina de Guerra sabrá defender la democracia y la Constitución ante un intento de desestabilización.
POR: REYNA CÁRDENAS A.
Almirante, falta una semana para la segunda vuelta electoral y la gente debe elegir entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo, este último vinculado a una ideología comunista. ¿Cómo ve la posibilidad de que Pedro Castillo llegue a Palacio de Gobierno?
Sería una desgracia. A mi edad ya no tengo mucho que decir, pues ya tengo 80 años y lo que me queda no es mucho. Lo que sí le puedo decir es que, en el Perú, si hubiéramos hecho toda la sociedad su trabajo de informar a los hijos y estos a los amigos, que no vivieron la subversión, que no vivieron Velasco, tendríamos que tener tres vacunas, además de la que sirve contra el covid-19: una contra el velasquismo, otra contra el terrorismo y una tercera vacuna contra los gobiernos populistas como el de Humala.
¿Por qué dice eso?
Porque en los tres casos perdimos un montón de plata, perdimos un montón de gente, perdimos la confianza hacia la democracia, porque la democracia, manejada por los izquierdistas, ha hecho que las fuerzas del orden queden como lo malo de la película. ¿Y esto por qué ha sucedido?, ha sucedido porque no ha habido una continuidad en la historia; es una trágica historia del Perú que se repite con los siglos.
Nosotros no hemos llegado a consolidar las ideas, y por eso es que los “pulpines” salen a la calle a protestar, no saben por qué, pero salen. Si supieran que eso podría conducir a lo que podría pasar de nuevo, si entendieran eso no tendríamos este problema que tenemos ahora, que un individuo que definitivamente no tiene ningún plan, no tiene ningún programa, no tiene nada, esté concursando para ser Presidente. El absurdo de los absurdos.
Además, según se escuchó al electo congresista Guillermo Bermejo, parece que es un grupo que no quiere dejar el poder una vez en Palacio de Gobierno…
Tenemos las muestras palpables con Bolivia, con Venezuela y Nicaragua, que nadie dice nada, pero (José Daniel) Ortega está ahí hace más de 20 años y no se va, y tiene al lado a su mujer que es la que seguramente lo va a relevar en algún momento. Y el ejemplo más claro es Cuba, un solo gobierno, un solo partido, una sola opinión, el que diga algo contrario no las va a ver bien.
En caso de que sucediera algo así, que este grupo salga elegido y se quiera perpetuar en el poder, ¿las Fuerzas Armadas qué podrían hacer o qué harían?
Yo ya no estaré aquí. Eso es lo que le puedo decir. No espero vivir tanto como para que eso suceda. Yo creo que las Fuerzas Armadas tienen muy claro, por lo menos la Marina de Guerra, por la que puedo hablar, pues no puedo decir qué piensa el Ejército, ni la Fuerza Aérea, ni la Policía Nacional, pero sí puedo decir que la Marina es una defensora acérrima de la democracia y no de ahora, desde la época de (Miguel) Grau. Nosotros sí tenemos claro el panorama de seguir lo que dice la Constitución, defender la Constitución y los derechos ciudadanos.
Pero ellos insisten en tener una nueva constitución. ¿Qué le parece eso?
Ellos van a insistir en todas sus locuras, porque este es el momento preciso para hacerlo. Una población tensa, guardada en su casa, que no puede salir, que no puede arreglar sus problemas personalmente, sino que tiene que hacerlo vía Zoom, si quiere uno conectarse con el exterior, es una población que está molesta consigo mismo, con el sistema, aunque el sistema no tenga la culpa porque el virus vino y se va a ir cuando quiera (…) Creo que se ha acentuado ese sentimiento de frustración y al final se puede reflejar en un voto feo. Esperemos que no pase eso.
¿Alguna última reflexión sobre lo que podría pasar con el futuro del Perú?
Quiero ser positivo. Yo creo que la gente tiene que votar por la democracia, y la democracia está representada por Keiko (Fujimori). Y si la odian, habría que aplicarles lo que decía Haya de la Torre: “Mortal, no hagan que tu odio te convierta en inmortal”.
No es un momento bueno para odiar, porque el odio nos puede llevar al barranco, al abismo. Hay que dejarla, a ver cómo lo hace, por qué tenemos que adelantar juicios.
