Peruano testimonia que vivió en el mundo espiritual una gran felicidad, nunca antes experimentada en la tierra
Por: Víctor Alvarado
Los que hayan espectado el film “Ghost, la sombra del amor”, en el que Sam Wheat (Patrick Swayze) salió de su cuerpo, después de haber sido asaltado y acuchillado y vio a su novia Molly Jensen (Demi Moore) reanimándolo sin conseguirlo, entendió que el exánime en el piso era él, fallecido y que ahora era un espíritu incapacitado de regresar a su cuerpo y en adelante sería un fantasma o “ghost”.
En la vida real y sin ir muy lejos, en el Perú, en el distrito El Sauce, a 54 kms. de Tarapoto (San Martín), el empresario Grimaldo Reátegui García (63), conductor de los Baños Termales y de Barro Medicinal, que lleva su nombre, uno de los tres sitios turísticos más importantes de Tarapoto, juntamente con las Cataratas de Ahuashiyacu y la Laguna Azul, también vivió la experiencia de salirse espiritualmente de su cuerpo, pero a diferencia de Sam Wheat, él volvió después a la vida y vive para contar su experiencia.
Su historia ya forma parte del panel de mitologías y leyendas que pueblan la Amazonía y Tarapoto en particular, como la Sachamama, una gigantesca boa de tierra, que vive en las profundidades de la selva; la Yacumama o “Madre del Agua”, cuya cuna se encontraría en la gran laguna de Yarinacocha (Ucayali); Ayaymama, una ave nocturna cuyo canto pareciera que llora llamando a su madre; el Tunche maligno o alma errante del bosque; y el Chullachaqui (mitad hombre y mitad fauno), de pequeña estatura, con la pata derecha de humano y la izquierda de caprino, entre otras.
Electrocutado
Al igual que Sam Wheat, él experimentó un día de octubre del año 2,010, hace 13 años, un shock violento, en su caso recibió una electrocutación, que le significó quedar con sus manos prendidas a dos cables de un poste de alumbrado, a 4 metros de altura, cuando pretendía reemplazar una porción de cables y extraer fluido eléctrico.
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Él, antes, había cortado el curso de la corriente eléctrica, pero por los fuertes vientos, los cables se volvieron a juntar, restableciéndose el curso de la electricidad. El hecho de que recibiera la descarga con sus dos manos prendidas a los cables, facilitó que la corriente siguiera una dirección en línea horizontal, porque si la hubiera recibido en un solo punto su cuerpo habría estallado e incendiado, lo que no ocurrió.
Trabajadores testigos del hecho usaron palos para zafarlo del apresamiento eléctrico y consiguieron que su cuerpo fuera arrojado al suelo, desde 4 metros de altura, sobre un charco de agua, lo que facilitó la descarga eléctrica en el líquido. Grimaldo quedó privado de conocimiento, los mismos trabajadores procedieron a auxiliarlo y trasladarlo con por lo menos media docena de fracturas al nosocomio más cercano, donde más adelante, le reemplazarían varios huesos con prótesis metálicas.
Aquí comienza la historia de los que unos llaman desdoblamiento, pero en stricto sensu sería una transmigración, léase el abandono del espíritu del cuerpo, debido al término de la vida física, para migrar a una nueva dimensión.
Recorrido por un túnel
Grimaldo, recuerda que vio a su cuerpo derrumbado sobre un charco de agua, rodeado de gente que lo auxiliaba, sin reaccionar ante ningún estímulo y era trasladado de urgencia para ser atendido por médicos. Y de pronto se vio ascendiendo por una escalera de sogas y a medida que subía, los peldaños que dejaba atrás desaparecían, por lo que no tenía opción de volver atrás o descender.
El ascenso sorpresivamente terminó cuando se le apareció una mano extendida para recibirlo y él acogió el gesto y se mostró abierto al buen trato, observando que se trataba de un adulto mayor, venerable, de amplia barba blanca, quién muy cordialmente le pidió identificarse.
Pronto sintió una gran felicidad de hallarse en un medio de una gran armonía y una serie de sensaciones agradables de luz, aire, colores y no recuerda cuanto tiempo disfrutó de este éxtasis.
Seguidamente, se vio envuelto en una nueva experiencia al abrirse bajo sus pies una abertura similar a la boca de un túnel, el cual a diferencia de los túneles tradicionales que corren de manera horizontal, este descendía de manera vertical y en espiral. Recuerda que caía a gran velocidad y él buscaba asirse de algo en las paredes, sintiendo que era un esfuerzo vano porque se trataba de una superficie resbaladiza de color blanco.
El descenso por el túnel terminó abruptamente en una boca de salida que llevaba a un vacío infinito, por donde él sería lanzado seguidamente, lo que providencialmente no ocurrió, gracias a que esta boca de salida estaba atravesaba en su parte media por una varilla metálica horizontal, donde él quedó retenido y salvado de precipitarse al éter, lo que le permitió volver a su cuerpo. De haber ocurrido lo contrario, jamás hubiera vuelto.
De vuelta a la vida
Allí terminó Grimaldo su experiencia de salida de su espíritu de su cuerpo, que permanecía sometido a cuidados intensivos en la cama de un hospital. Todo había transcurrido en brevísimo tiempo, tal vez en solo segundos o algunos minutos.
Pronto fue objeto de una serie de operaciones para superar las fracturas que incluyó implantes de prótesis. Cuando fue dado de alta descubrió que era una persona distinta, descubrió que se le habían despertado facultades extrasensoriales y clarividentes, las que nunca tuvo antes del accidente.
Confiesa que sin proponerse, estas nuevas facultades le hicieron ver la oportunidad de crear Baños Termales en el terreno de 10,000 m2 donde ahora se levantan y abandonar sus antiguas actividades de simple agricultor.
También cuenta que el nombre de Termales Don Grimaldo, le fue sugerido por el ser angelical que lo recibió al terminar el ascenso por la escalera de cuerdas, luego de descartar otros 2 nombres: Cuñiyacu (aguas calientes) y Mundo perdido de las sirenas.
El árbol del Amor Eterno
Una novedad de sus Baños Termales, que le ha dado prestigio internacional, es su Árbol del Amor Eterno, en la práctica dos árboles, uno, llamado Renaco, cuyas hojas son medicinales para el tratamiento de dolencias menstruales, que crece abrazando a otro, una palmera conocida como Chapaja, y se levanta cerca de sus pozas termales, y es objeto de permanente peregrinaje de parejas para ratificar sus sentimientos de amor mutuo.
Otras experiencias
En el mundo son contados los casos de personas que aseguran que sus espíritus salieron de sus cuerpos y luego retornaron a la vida.
Dos de los casos ms conocidos en el mundo fueron revelados por el diario londinense The Daily Star, sobre las experiencias de Jessie Sawyer y Betty Eadie, que testimoniaron haber pasado la experiencia de morir al menos durante unos minutos y haber retornado en seguido a la vida. Al igual que Grimaldo Reátegui, aseguran que «el cielo es un lugar maravilloso» y que regresaron porque les dijeron que su tiempo en la Tierra no había terminado y que debían regresar con sus familias”.