Se agrava bronca entre cerronistas y castillistas dentro del gabinete
La bronca en el gabinete por la intromisión de Vladimir Cerrón en el gobierno se agudizó aún más, incluso hay fuertes rumores de que, al llegar al Perú, el presidente Pedro Castillo tomará la decisión de remover a Guido Bellido del premierato y no aceptar más los “chantajes” de Perú Libre.
Como un adelanto de la bronca que se avecina, el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, desmintió al vicecanciller Luis Enrique Chávez respecto a que el Perú no reconoce a ninguna autoridad legítima en Venezuela desde el 5 de enero de este año y, al contrario, reveló que el presidente Pedro Castillo se reunió con Nicolás Maduro.
Pero ahí no quedó la cosa. A través de su cuenta en Twitter, el primer ministro indicó que en la reunión se abordó una solución a la crisis migratoria venezolana y afirmó que si al canciller Óscar Maúrtua o a su vicecanciller no les gusta, “tienen las puertas abiertas” del Gabinete Ministerial.
El último lunes el vicecanciller Luis Enrique Chávez aseguró que el Perú no reconoce a ninguna autoridad legítima en Venezuela desde el 5 de enero del 2021, fecha en la que el Grupo de Lima se pronunció por última vez sobre la situación política y social en ese país sudamericano.
En declaraciones a los periodistas, recordó que el Grupo de Lima se creó para contribuir a la superación de la crisis institucional de Venezuela y ese objetivo del Perú no ha cambiado. Tal declaración no gustó a Vladimir Cerrón y a Perú Libre y habría ordenado a Bellido pronunciarse y darle una “jalón de orejas” al canciller.
MÁS MINISTROS
Horas más tarde, en una contundente respuesta, el ministro del Interior, Juan Carrasco Millones, aseguró que los titulares de las diferentes carteras están con el canciller Óscar Maúrtua, tras las afirmaciones del jefe del Gabinete Ministerial, Guido Bellido, contra el diplomático y su canciller por la posición del Perú sobre Venezuela.
Carrasco no dijo nombres, pero se refería a la mayoría de miembros del gabinete que ya no soportan más la intromisión de Cerrón a través de Bellido. Es decir, el ministro de Justicia, Aníbal Torres; de la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, del titular de Defensa, Walter Ayala y del ministro de Educación, Juan Cadillo, entre otros.
En declaraciones a los periodistas, recordó que el titular de Relaciones Exteriores es quien se encarga de la política exterior y que el presidente Pedro Castillo será quien determine la situación de los ministros.
“Nosotros estamos designados por el presidente de la República, será él quien determine cualquier situación, cualquier tipo de opinión. Respetamos la opinión de cualquier ministro, en el Consejo de Ministros hay democracia”, expresó.
SEPARACIÓN
Al interior del gobierno ya se habla de una inminente separación o división de competencias. Fuentes de Perú Libre revelaron que Vladimir Cerrón estalló en cólera cuando escuchó al mandatario en Estados Unidos invitando a invertir en el país y que respetará los “contratos de estabilidad tributaria”, la cual es contrario al ideario de Perú Libre que plantea la revisión de los contratos suscritos entre el Estado y las empresas mineras.
“Nosotros no somos comunistas, no hemos venido para expropiar a nadie, no venimos a ahuyentar las inversiones. Al contrario, llamamos a los grandes empresarios a que vayan al Perú. El Perú es minero y genera riqueza, pero esa riqueza debe sentirlo el hombre común (…) Desde el espacio de inversiones, es necesario hacer una sola familia. Que uno sin lo otro no hay desarrollo, un Estado sin inversión privada no puede seguir adelante”, dijo Castillo Terrones en Estados Unidos, desatando la ira de Vladimir Cerrón, quien señaló a sus allegados que el mandatario quiere firmar una “hoja de ruta”, lo que significaría la declaratoria de guerra con el partido que lo llevó al Gobierno.
Otras fuentes señalan que entre Castillo y Cerrón hay un cortocircuito. Al parecer el jefe de Estado al llegar al Perú pondrá las cosas sobre el tapete, entre ellos el relevo de Guido Bellido y el nombramiento de un nuevo premier que genere mayor confianza.