El ciudadano nigeriano trabajaba en Italia, tenía 39 años y murió a manos de Filippo Claudio Ferlazzo, de 32.
El homicidio del vendedor nigeriano Alika Ogorchukwu a plena luz del día en la localidad italiana de Civitanova Marche, situada en el interior de Italia, ha conmocionado este sábado al territorio, con críticas a la “indiferencia” de quienes asistieron al crimen sin intervenir. La víctima era de Nigeria, poseía 39 años, estaba casado y poseía un hijo de 8 años. Lo mató en la tarde del viernes el italiano Filippo Claudio Ferlazzo, de 32 años, que, según señalan los medios locales, tiene precedentes penales y que ha ingresado en prisión imputado de asesinato voluntario y hurto, ya que además se llevó el teléfono de la víctima.
“El homicidio de Alika Ogorchukwu sobrecoge. La ferocidad inaudita. La indiferencia amplia. No habrá justificaciones ni basta el silencio. El último ultraje a Alika podría ser pasar página y olvidar”, ha denunciado el jefe del Partido Demócrata, Enrico Letta. Hasta los dirigentes ultraderechistas Matteo Salvini y Giorgia Meloni, continuamente críticos con la inmigración, han reaccionado para solicitar el mayor castigo para el atacante en un territorio inmerso en plena campaña electoral. Los comicios en Italia para escoger al futuro primer ministro tras la salida de Mario Draghi van a ser el próximo 25 de septiembre.
Ogorchukwu caminaba por la céntrica calle de Umberto I de Civitanova, puerto turístico en la costa del Adriático, ayudado por una muleta que su atacante usó para golpearle. Luego, como se aprecia en los duros vídeos grabados por viandantes, se arrojó sobre él, le sujetó las manos y lo golpeó con fuerza hasta terminar con su historia.
Según las grabaciones de las cámaras municipales en el sitio del crimen, la agonía de la víctima duró entre 3 y 4 min, sin que nadie hiciera nada. Ni una de los individuos que presenciaron la embestida intervino. Ciertos gritaron a Ferlazzo “así lo matas”, para que se detuviera, otros llamaron a la policía y a los servicios de emergencia.