Piden declarar en emergencia las regiones afectadas y coordinar una respuesta rápida para proteger a la población y el patrimonio cultural.
La Defensoría del Pueblo solicitó al gobierno de Dina Boluarte tomar medidas inmediatas ante los incendios forestales que continúan devastando diversas regiones de la Amazonía peruana. La institución hizo un llamado a declarar en emergencia las zonas más perjudicadas, como Amazonas y Ucayali, a fin de agilizar las acciones de respuesta y salvaguardar a las comunidades afectadas.
En un comunicado, la Defensoría señaló que el fuego ha provocado una crisis de grandes proporciones que requiere una intervención efectiva del Estado, en coordinación con los gobiernos regionales y locales. Se exhortó, además, al Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) a evaluar de forma precisa los daños y necesidades de los afectados, para así brindar la ayuda adecuada.
Las regiones más golpeadas por los incendios incluyen Cusco, Huancavelica y Huánuco, donde se han registrado decenas de focos activos. Según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), hasta el momento, el fuego ha destruido más de 3.300 hectáreas de áreas naturales y tierras de cultivo, afectando gravemente la biodiversidad y a las familias que dependen de estas tierras.
La Defensoría también subrayó la importancia de «sincerar las cifras» sobre el estado de los incendios, indicando cuántos están activos, controlados o extinguidos, para que las autoridades puedan intervenir con mayor precisión. “Es urgente que entidades como el Ministerio de Defensa, la Policía Nacional y los Bomberos tomen acciones inmediatas en las zonas afectadas”, señaló el organismo.
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Patrimonio cultural en riesgo
Una de las mayores preocupaciones de este desastre es el impacto sobre sitios arqueológicos de la cultura Chachapoyas. Según reportes de Panamericana TV, lugares emblemáticos como Lengate, Tingorbamba y Pueblo de los Muertos están siendo arrasados por las llamas. Estas áreas, ubicadas cerca del río Utcubamba, albergan estructuras funerarias y sarcófagos que han sido declarados Patrimonio Cultural de la Nación.
A pesar de los esfuerzos, los daños en estos sitios aún no han sido evaluados en su totalidad, lo que genera temor por la pérdida irreparable de este legado histórico. El incendio, que comenzó el 11 de septiembre en la provincia de Luya, Amazonas, ha sido difícil de controlar debido a las condiciones climáticas y la escasez de recursos.
Ante la magnitud de la catástrofe, las autoridades siguen en alerta máxima, mientras que la Defensoría del Pueblo insiste en la necesidad de una acción coordinada para evitar mayores pérdidas humanas, materiales y culturales.