Un informe del Diario La República señaló que en el rubro de la informalidad los ingresos promedio no alcanzan a la mitad del sueldo mínimo
La informalidad laboral persiste en Perú a pesar de la pandemia y cinco cambios de presidente. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), durante nuestro bicentenario, el 81% de la recuperación del empleo provino de trabajadores informales, después de la paralización económica en 2020. La OIT destaca que el trabajo informal se vio más afectado durante la emergencia sanitaria, ya que muchos de estos empleos estaban vinculados a sectores no esenciales.
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El modelo celebrado logró reducir la tasa de informalidad laboral a un 72,7% hasta 2019, pero desde entonces ha aumentado y ahora se sitúa en un 75,7%, según la Encuesta Nacional de Hogares del INEI.
La mayoría de los trabajadores independientes, que representan el 38% de la fuerza laboral, son informales en un 90,8%. Es decir, 9 de cada 10 emprendimientos son informales, según Omar Ghurra, especialista senior del BCRP.
Rudecindo Vega, exministro de Trabajo, señala que el término «emprendedor» en Perú a menudo esconde la realidad del desempleo, ya que muchas personas recurren a trabajos informales por necesidad. Vega destaca que las trabas burocráticas y el sistema financiero son causas importantes de la informalidad. Las tasas de interés para microempresarios y trabajadores podrían ayudar si fueran más accesibles.
La Covid-19 no fue un freno para la economía
Durante la pandemia, muchos peruanos buscaron formas de sobrevivir, pero la mayoría lo hizo fuera del marco legal, evitando impuestos y beneficios para los empleados. Los trabajadores independientes informales se centran principalmente en sectores como la agricultura, servicios y comercio.
El informe del BCRP revela que la baja capacidad del país para generar empleos de calidad hace que el trabajo independiente sea una opción para «actividades de subsistencia», creando una brecha salarial significativa. Un trabajador dependiente gana en promedio S/774 más que un independiente.
Elmer Cuba, autor de la Propuesta IPAE, sugiere que la fijación de la Remuneración Mínima Vital (RMV) contribuye a la alta informalidad. Propone un único régimen general y progresivo del Impuesto a la Renta con una tasa del 30% y mantener el Régimen Único Simplificado (RUS) para pequeños negocios.
A pesar de la reputación macroeconómica positiva de Perú, la informalidad persiste. Rudecindo Vega sostiene que la estructura del mercado y la falta de acciones gubernamentales han contribuido al problema. Señala la necesidad de tasas de interés adecuadas y una voluntad clara para abordar la informalidad.