El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, buscan la manera de reforzar el ejército de Kiev.
El mandatario estadounidense, Joe Biden, ha prometido este miércoles en una llamada telefónica con su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, 500 millones de dólares más, unos 544 millones de euros, de ayuda directa al territorio atacado como contestación a la invasión rusa. Los dos han dicho de los esfuerzos de Washington y sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y de la Alianza Europea “por brindar ayuda militar, económica y humanitaria a Ucrania y de obligar precios severos a Rusia por su brutal agresión”, según un resumen de la plática, de unos 55 min, difundido por la Casa Blanca.
Biden le trasladó a Zelenski que Washington permanecen “trabajando las 24 horas” para ver la forma de continuar asistiendo a Ucrania. Los dos, constantemente de acuerdo con la Casa Blanca, han valorado en la llamada el impacto que el apoyo militar ha tenido sobre el desarrollo del problema, que empezó el 24 de febrero con las perspectivas de Moscú de una victoria inmediata y una conquista fugaz de Kiev, que rápido se vieron frustradas por la resistencia del batallón ucranio.
“También han repasado”, concluye el reportado, “las sanciones extras y la ayuda humanitaria anunciadas la semana pasada”, a lo largo de la visita de Biden a Bruselas y Polonia. Zelenski además ofertó a este un resumen de los progresos en la negociación que Rusia y Ucrania permanecen celebrando en Estambul.
En el encuentro de este martes entre las dos delegaciones se observaron varias causas para el optimismo. Rusia afirmó que disminuirá “drásticamente” las operaciones militares en las zonas de Kiev y Chernihiv para continuar en la resolución del problema. Ucrania, por su lado, ofertó su renuncia a la ambición de entrar Organización del Tratado del Atlántico Norte, uno de los casus belli esgrimidos por el Kremlin para comenzar la invasión, a cambio de obtener garantías de estabilidad en su territorio.
Lejos de relajar su magnitud militar, Moscú ha golpeado este miércoles, el norte de la nación vecino, al tiempo que ha endurecido la ofensiva en la zona oriental del Donbás, en controversia a partir de 2014.
USA recibió con escepticismo la promesa rusa. Biden mencionó: “Veremos. No me creeré nada hasta que compruebe que lo avalan con acciones”. Y el portavoz del Pentágono, John Kirby, ha sido luego más allá al asegurar que sus servicios de sabiduría habían advertido el desplazamiento de “un número pequeño” de militares rusos alrededor de Kiev en los “últimos uno o 2 días”.
Empero descartó que se tratara de “una retirada real”. “Mantienen una abrumadora mayor parte de sus tropas [en el terreno]. Creemos que estamos frente a un reposicionamiento, no frente a un verdadero repliegue. Deberíamos estar todos preparados para una enorme ofensiva en otras regiones de Ucrania”, concluyó.