Esta investigación subraya la necesidad de actualizar los modelos climáticos
El agua del océano se está infiltrando metros por debajo del «glaciar del fin del mundo» en la Antártida, aumentando su vulnerabilidad al derretimiento más de lo que se pensaba, según una reciente investigación. Este descubrimiento, basado en datos de radar espacial, revela un riesgo significativo para el aumento del nivel del mar, lo cual podría tener graves consecuencias a nivel global.
El glaciar Thwaites, ubicado en la Antártida occidental y conocido como el «glaciar del fin del mundo», es uno de los más críticos debido a su tamaño y ubicación. Con una extensión similar a la de Florida, Thwaites es el glaciar más ancho del mundo y uno de los más inestables. Su terreno inclinado facilita que las aguas del océano se infiltren y erosionen su base, acelerando su derretimiento.
Este glaciar ya contribuye con el 4% del aumento global del nivel del mar, y tiene suficiente hielo para elevar el nivel del mar en más de 0.6 metros. Sin embargo, su colapso total podría desencadenar un aumento de hasta 3 metros, lo que sería devastador para las comunidades costeras en todo el mundo. Este riesgo ha sido subestimado en proyecciones anteriores, y la nueva investigación aporta datos alarmantes que podrían cambiar las estimaciones actuales.
Un equipo de científicos de la Universidad de California en Irvine, liderado por glaciólogos, utilizó datos de radar satelital de alta resolución para estudiar la «línea de tierra» del glaciar Thwaites. Esta línea es crucial para la estabilidad de las capas de hielo, pero ha sido difícil de observar hasta ahora. La investigación reveló que el agua de mar se infiltra y sale del glaciar siguiendo los ciclos de las mareas, levantando su superficie y aumentando el derretimiento del hielo.
Eric Rignot, coautor del estudio, destacó la importancia de estos hallazgos, señalando que la intrusión del agua de mar incrementa el derretimiento porque reemplaza rápidamente el agua dulce con agua más cálida del océano. Este proceso, que antes no se había considerado en los modelos, podría significar que las proyecciones del aumento del nivel del mar han sido demasiado optimistas.
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Ted Scambos, glaciólogo de la Universidad de Colorado Boulder, calificó la investigación como «fascinante e importante». Los hallazgos sugieren un nuevo proceso que podría acelerar la pérdida de hielo y, por ende, el aumento del nivel del mar. Sin embargo, queda por determinar si esta infiltración de agua de mar es un fenómeno reciente o si ha estado ocurriendo durante mucho tiempo sin ser detectado.
James Smith, geólogo marino del British Antarctic Survey, y Noel Gourmelen, profesor de la Universidad de Edimburgo, coincidieron en que este proceso debe incorporarse a los modelos de capas de hielo para obtener proyecciones más precisas. Gourmelen también señaló que este fenómeno podría estar ocurriendo en otras partes de la Antártida, lo que podría tener implicaciones aún más amplias.
La situación en la Antártida es una clara señal de la creciente vulnerabilidad del continente al cambio climático. En otro estudio reciente, investigadores del British Antarctic Survey analizaron la disminución récord de hielo marino en la región, atribuyéndolo en gran parte a la influencia del cambio climático. Aunque el derretimiento del hielo marino no contribuye directamente al aumento del nivel del mar, sí expone las capas de hielo y los glaciares costeros a mayores riesgos de derretimiento y ruptura.
Los modelos climáticos utilizados en el estudio sugieren que la recuperación de estos niveles de hielo podría llevar décadas, lo que tendría profundas implicaciones para el clima global. Los científicos advierten que la región podría estar enfrentando un «cambio de régimen duradero», indicando un futuro incierto y posiblemente catastrófico si no se toman medidas urgentes para mitigar el cambio climatico
El descubrimiento del proceso de infiltración del agua de mar bajo el glaciar Thwaites añade una nueva dimensión a las preocupaciones sobre el aumento del nivel del mar. Esta investigación subraya la necesidad de actualizar los modelos climáticos y tomar medidas inmediatas para enfrentar los efectos del cambio climático. La Antártida, con su compleja y frágil ecología, es un indicador crítico de los cambios globales que ya están en marcha y de las posibles catástrofes que podrían desencadenarse si no se actúa con rapidez.