Por: Beatriz Mejía Mori / Hemos permitido que desde la oficialidad del país se perviertan los valores sociales y que la juventud esté percibiendo lo malo como bueno y lo bueno como malo, que la gente que no cree en principios superiores influya en el diseño de las políticas de Estado dando cuenta a sus financistas extranjeros empeñados en imponer en las naciones un mundo perverso con fines de dominación.
Contando con los medios comprados con este fin, han logrado que parte de la población crea sus falacias, que preconizan falsamente igualdad, inclusión, modernismo y progresismo, cuando son el reflejo del mayor oscurantismo ideológico que ha producido la insanía de la humanidad, provocada por la fabricación de fenómenos psicológicos de manipulación de masas, realizada por encargo de la elite del poder mundial.
Levantando la bandera progresista los miembros del Foro de Sao Paulo están sirviendo al oscuro proyecto de colonizar las naciones de América bajo el Gobierno Mundial, disfrazando sus actos de traición a sus Patrias con falsos postulados socialistas a favor de los pobres que sólo se podrían realizar con los gobiernos comunistas que pretenden imponer para facilitar la imposición de la dictadura internacional de la ONU, como viene sucediendo en Chile, con el adelanto del caos programado.
La violencia, terror e incendios provocados de modo calculado en diferentes ciudades de Chile, obedece a un plan de generación de máximo conflicto y caos social, para que la imposición del Gobierno Mundial de la ONU pase como una medida necesaria y aceptada por una población desesperada por la inseguridad y la angustia por recuperar su vida normal.
Lo mismo planean para Bolivia, Colombia, Perú y demás países de América, a fin de que terminen sometiéndose al sistema de poder mundial globalista, sin oposición de sus pueblos por la desesperación de que alguien ponga orden frente al caos social.
La ONU cumpliendo el rol de Estado del Gobierno Mundial debe tener delegados en las naciones convertidas en colonias dependientes de este poder central, que asumen las funciones de gobierno, en una primera etapa de modo paralelo a la Presidencia de la República, como acaba de ocurrir en Chile, pero que terminará por asumir todos los poderes luego de modificada la Constitución chilena.
Eso explica la presión social que vienen desarrollando partidos de izquierda radical como operadores contratados por el imperio globalista para que se modifiquen las Constituciones de las naciones de América, a fin de facilitar la imposición del Gobierno Mundial.
Lo cual no se podría realizar en el poco tiempo que les queda con la oposición de pueblos moralmente fuertes como el del Perú y de otros países latinoamericanos que se han levantado a impedir esta barbarie destructiva de sus naciones.
Por eso es que Soros declaró a la prensa hace 5 meses que le preocupaba la oposición de los movimientos evangélicos en Latinoamérica, porque estaban retardando este proceso, de ahí que decidieran adelantar el caos programado en nuestras naciones, impedirlo en el Perú es nuestro deber patriótico.