La creciente ola de inseguridad ciudadana que atraviesa Perú está afectando no solo la seguridad física de los ciudadanos, sino también su salud mental. El aumento de homicidios, robos, extorsiones y otros delitos ha generado un ambiente de temor constante que alimenta trastornos como la ansiedad, el estrés crónico y la depresión, afectando tanto a las víctimas directas como a quienes viven con el temor de ser atacados.
La exposición diaria a noticias relacionadas con crímenes y violencia, ampliamente difundidas en medios de comunicación y redes sociales, refuerza este impacto emocional. Pero ¿cuál es su impacto?. “Definitivamente es algo que todavía no está muy estudiado en el sentido de cuantificar la magnitud de la repercusión que tiene en la salud mental, pero de hecho ya vemos en la consulta diaria las consecuencias de esa situación de inseguridad, desencadenándose en casos de trastornos de ansiedad y depresión”, señaló el doctor David Tomateo, médico internista y psiquiatra, en el programa Cayetanamente en Cayetano+, conducido por la doctora Dany Araujo.
El doctor Tomateo expresó que la inseguridad afecta directamente el bienestar psicológico, alimentando pensamientos negativos y manteniendo a las personas en estado de alerta constante. Este estado de vigilancia extrema, impulsado por el temor de ser víctimas de un asalto o ataque, dificulta que los ciudadanos puedan relajarse o estar tranquilos en algún lugar público.
A diferencia de otros tipos de ansiedad que puede surgir de temores irracionales, el miedo a la inseguridad ciudadana en Perú tiene bases objetivas: las noticias diarias de homicidios, extorsiones y robos refuerzan esta percepción de vulnerabilidad que, sumada a la desconfianza en las autoridades y las medidas de seguridad, incrementa la sensación de desprotección.
El especialista subrayó que no todas las personas son igualmente vulnerables a este impacto emocional. Factores como experiencias previas, características personales y condiciones del entorno social influyen en cómo cada individuo procesa la inseguridad. Asimismo, mencionó que el tratamiento mediático que se da a las noticias sobre homicidios y crímenes influye significativamente en cómo la población percibe y responde emocionalmente a la inseguridad. Cuando la información se maneja de manera sensacionalista o irresponsable, el impacto en la salud mental y el clima social puede ser devastador. Este fenómeno refuerza el miedo, la ansiedad y la sensación de que la situación está fuera de control, incluso más allá de lo que reflejan los datos reales.
“Aunque la inseguridad ciudadana es una realidad que exige precaución, es fundamental evitar que el miedo se convierta en pánico o que caigamos en generalizaciones extremas. Si asumimos que ningún lugar es seguro y vivimos constantemente con esa percepción, podemos generar un impacto devastador en nuestra salud mental y calidad de vida”, afirmó el doctor Tomateo.
En cuanto a la realidad de los hechos evidentes en materia de seguridad ciudadana, y siendo imposible de enterarnos de lo qué sucede, recomendó que en la familia se “comenten los temas, pero no de manera alarmista, sino brindando algunas pautas de prevención como forma de cuidarnos, no desde la perspectiva del miedo”.
“Entonces cómo podríamos manejar esa ansiedad, esto viene desde un tema de psicoeducación donde la persona tiene que primero aprender a calmarse, analizar las situaciones para así manejar la ansiedad a través de técnicas que pueden ser conductuales y para esto están los centros de salud mental comunitarios”, lugares donde se puede encontrar orientación y guía ante las preocupaciones.
Aunque la inseguridad es un problema, hay lugares y comunidades que han logrado mantenerse seguros o han implementado medidas efectivas para reducir los riesgos. Enfocarnos en estos ejemplos puede ayudarnos a tener una perspectiva más equilibrada.
El miedo es una respuesta natural ante el peligro, pero no debemos permitir que nos paralice o nos lleve a ver el mundo como un lugar completamente hostil. Adoptar una actitud de precaución con equilibrio nos ayudará a vivir con más tranquilidad y salud mental, incluso en contextos desafiantes.