La Intelectualidad Peruana y la Revolución Industrial

por | Feb 23, 2020 | Opinión

Por: Jorge B. Hugo Álvarez
La inteligencia más ejercitada en esta clase de meditaciones sobre la revolución industrial con frecuencia es ignorada por la clase política, empresarial y financiera de nuestro país. En ellos, el grito de modernidad, cultura y revolución industrial, deviene subversivo. Son defensores a ultranza de un modelo primario exportador que está agotado. En esa terquedad interesada, con frecuencia recurren a otra intelectualidad de señoritos de bien vinculados a mafias económicas. Están muy  bien organizados y cuentan con un enorme poder de recursos económicos de tal magnitud, que compran conciencias y voluntades a granel.

Un auténtico capitán de la industria nacional no necesita recurrir a estos métodos perversos de amor a sus bolsillos. Los emprendedores peruanos están por encima de estas mezquindades y expresan su voluntad  por la modernidad, el progreso y la justicia social. Sólo quieren reglas claras, liderazgo presidencial y voluntad política para diversificar la producción con mayor valor agregado. Nuestros capitanes de la industria nacional recusan las mafias y la corrupción en todas sus expresiones. Nuestros emergentes en términos generales son creativos, emprendedores, hábiles. Pero estas habilidades y destrezas en una economía chicha, desorganizada y poca articulada pierde su potencialidad.

Como Nación fue suficiente soportar a tantos empresarios y políticos corruptos. No generalizamos, pero estamos tan indignados comprobar lo grotesco e intenso accionar de estas mafias que gobernaron nuestro país. El grito de la Revolución Industrial, vía diversificación productiva, es el ideal libertario que nos librará de nuestros males endémicos.

Para ello necesitamos otras revoluciones paralelas, en educación, salud, seguridad, ciencia, innovación y tecnología. En ella cumplen un rol fundamental la intelectualidad sana, lúcida y gallarda comprometida con la revolución industrial. Si Corea del Sur, China, Vietnam, etc. lograron ser economías prósperas, el Perú no puede ser ajeno a estas experiencias exitosas. Tanta falta nos hace que nuestros truchos liberales leyeran completo a David Hume, Adam Smith, Jeremy Bentham, etc. y no traficar con sus pensamientos sacándolos fuera del contexto general.

“(…) Allí en donde las riquezas se limitan a un número reducido de poseedores, éstos tienen todo el poder en sus manos, y están de acuerdo en que caigan todos estas cargas sobre la espalda del pobre, oprimiéndole tanto que evitan el crecimiento de toda industria”. David Hume: Ensayos Políticos. Instituto de Estudios Políticos. Madrid. 1955. P. 57-58.

No hay prosperidad económica y social en favor de todos los peruanos sin revolución industrial masificada, diversificada y con mayor valor agregado tecnológico.El nuevo reto,radica en optar por industrializar nuestro país.

El Perú tiene que desconcentrar la inversión en industria diversificada, para ello se requiere establecer zonas económicas para atraer la inversión directa. Entonces, hace falta un marco normativo estructurado y moderno que promueva la industria manufacturera que produce bienes con mayor valor agregado. En una economía social de mercado libre, cada cual corre con la suya. Son perversas las exoneraciones tributarias, el subsidio indirecto a las empresas, el mercantilismo, los monopolios y oligopolios, zonas francas, etc. antinaturales al mercado que son aprovechados por los pilluelos de siempre.

 

                                                                                 (*) Abogado penalista- Analista político


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