Los conflictos, cambios climáticos y exceso de optimismo afectaron estos indicadores
La inversión privada cerró 2023 en rojo, como se esperaba. Según el Banco Central de Reserva (BCR), este indicador disminuyó un 7.2%, lo que coincide con la proyección del BCR (-7.3%).
Solo en el último trimestre, este desembolso bajó un 2.3%, especialmente en los sectores minero y no minero residencial.
El exministro de Economía David Tuesta atribuye el resultado a varios factores, incluido el golpe de Estado de Pedro Castillo en diciembre de 2022 y los problemas climáticos como el ciclón Yaku.
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Tuesta señala que la mala gestión de las expectativas por parte del Gobierno también contribuyó a la caída, al confundir programas de reactivación con nombres llamativos. Además, destaca la importancia de generar consensos con el Congreso y de cambiar las ordenanzas municipales para atraer inversiones.
Los datos del BCR muestran que el consumo privado aumentó solo un 0.1% en 2023. En el último trimestre, el crecimiento fue del 0.2%, coincidiendo con una menor expansión del mercado laboral y una baja confianza del consumidor.