LA LECCIÓN QUE DEJÓ EL 5 DE ABRIL DE 1992
Por:OMAR CHEHADE
Excepto tres ministros que participaron del golpe, Alberto Fujimori había convocado de urgencia a Palacio el domingo 5 de abril al gabinete presidido por Alfonso de los Heros, para comunicarles la noticia del asesinato a la democracia. El presidente con un grupo de malos oficiales de la cúpula de las Fuerzas Armadas, junto con el oscuro asesor, Vladimiro Montesinos habían decidido ponerse en contra de la Constitución y las leyes y así disolver el Congreso de la República y tomar por asalto las demás instituciones del Estado, además de querer maniatar a la prensa y secuestrar a los líderes de oposición so pretexto de la violencia terrorista, y una falsa conducta obstruccionista del Parlamento.
Es verdad que el anuncio les causó sorpresa a los doce ministros allí reunidos con el mandatario, sin embargo, uno, solo uno, protestó por dicha decisión señalando su oposición a la medida: el primer ministro. De los Heros renunció inmediatamente al cargo de premier. Lo sorprendente del caso es que el resto, más allá de la conmoción, permaneció en sus puestos avalando la dictadura que venía. Caído el régimen fujimorista, quince años después, me tocó defender al Estado como Procurador justo en ese proceso judicial contra dicho gabinete ministerial por el delito de rebelión. Me acuerdo que cuando sentamos en el banquillo de los acusados a los citados ex ministros, ninguno tuvo la hidalguía de reconocer ni su delito, ni su error, ni su falta ética. Incluso el abogado de Fujimori, quien también defendía a algunos ministros, locuazmente argumentó para absolver a sus patrocinados, la falaz teoría de la tolerancia social, esgrimiendo cifras de aprobación que tuvo el autogolpe del 92, y que sobrepasaban fácilmente el 80% de la población. Decía que como el pueblo mayoritariamente aprobó el golpe de Estado, entonces no había delito porque éste estaba perfectamente justificado por el mandante que era el pueblo: “porque el poder emana del pueblo”, sentenciaba. Teoría social y filosófica, pero de ninguna manera inserta en el derecho penal, tanto que fue desestimada por el Tribunal, que finalmente condenó a los responsables.
Solo me detengo en una reflexión: ¿Qué pasó luego con el Perú?: una mafia gobernó el país los siguientes ocho años y medio, y hubo un saqueo generalizado de nuestras arcas, violación a los derechos fundamentales, autoritarismo estatal y violación a los derechos humanos.
¿Qué sucedió luego con los ministros claudicantes que avalaron el golpe?: Por esos actos o por otros ilícitos que hicieron luego del autogolpe, en su gran mayoría o se encuentran en prisión, o purgaron cárcel por corrupción, y los que tuvieron mejor suerte fueron ignorados por la historia sepultando sus carreras políticas. El crimen se paga, y la historia es también consecuente con los inconsecuentes, pues los envía al destierro. Tal cual te comportas en la vida privada ascenderás o descenderás en lo público. El Perú no puede darse el lujo de olvidar la lección del 5 de abril de 1992.
(*) Ex Vicepresidente de la República del Perú.