La ley de la selva

por | Oct 14, 2019 | Opinión

Por: Martín Valdivia Rodríguez
Caminar por Lima ahora resulta una temeridad. Nadie está seguro en esta ciudad de locos, donde los que manejan lo hacen de la peor forma y los transeúntes pagan los platos rotos. Lo sucedido en la Av. Javier Prado, con la muerte de dos jóvenes que fueron arrollados por una camioneta mientras caminaban por la vereda, nos debe de hacer reflexionar acerca de cómo nos comportamos como sociedad y de qué manera la educación forma parte de nuestro caótico tránsito.

Dicen que uno conoce la educación de un país tan solo observando su tránsito. Y el espectáculo que debe dar el Perú ante los ojos de un extranjero debe ser, por decir lo menos, paupérrima. Esa es la verdad. Y es que no sólo son los conductores y, en ciertos casos, los peatones. Las autoridades también están inmersas en esta problemática. Según la Asociación Cruzada Vial, el pésimo diseño de nuestras calles, la poca difusión y educación de nuestra sociedad y la falta de una autoridad eficaz, son las tres aristas que se deben atacar desde raíz.

En el caso de las pistas pésimamente diseñadas, Adrián Revilla, presidente de Cruzada Vial, señala que “Si comparamos nuestros diseños viales con algún deporte diríamos -para ser claros- que sería como querer enseñarle a una persona patinaje sobre hielo en una cancha de barro. Mientras no tengamos la pista de hielo bien hecha, nuestros alumnos resbalarán y caerán. Trasladado esto al tránsito, nuestros conductores no podrán conducir bien mientras tengamos los aberrantes diseños viales que tenemos hoy”, precisa Revilla.

Y de este factor muy pocos se dan cuenta. Muchas veces se le echa la culpa al conductor, pero casi nadie se da cuenta que las señalizaciones, diseño y semaforización de nuestras avenidas son una perfecta porquería. ¿Desde cuándo somos víctima de esta tara? Desde que Lima es Lima. Quienes planifican las calles lo han hecho “en piloto automático”, haciendo lo que siempre se hizo o se le ocurría al funcionario de turno, no gracias a una planificación dependiente de un ente que se ocupe de estas cosas.

Esperemos que el desmadre del tránsito en la capital sea de alguna manera amainada en virtud a la creación de la Autoridad en Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), entidad que tendrá bajo su responsabilidad reordenar el transporte público, básicamente. Y aunque no es de su competencia, es sin duda un gran paso para globalizar en una sola institución el álgido problema del tránsito en la capital. La muerte de esos dos jóvenes de la Av. Javier Prado no debe quedar impune. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.


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