La mascarilla y el carnet de vacunación dejarán de ser restricciones obligatorias para las autoridades inglesas.
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha confirmado este miércoles que las restricciones impuestas para contener la propagación de la variante ómicron del SARS-CoV-2 se levantarán el miércoles próximo, tal y como estaba previsto.
La Administración Johnson se vio obligada a imponer limitaciones ante el avance de ómicron, después de levantarlas en verano de 2020. Impuso la vuelta del teletrabajo, el uso obligatorio de mascarilla y la necesidad de presentar el certificado de vacunación contra la COVID-19 para acceder a ciertas instalaciones.
Así, las autoridades inglesas ya no pedirán el documento que prueba que la persona que lo porta está inmunizada y tampoco que los ciudadanos trabajen desde casa cuando sea posible. Además, la mascarilla ya no será obligatoria en ningún sitio.
Además, desde este jueves, las mascarillas tampoco serán obligatorias en las aulas escolares, aunque el Gobierno aún «sugerirán» el uso de algún tipo de cobertura facial en espacios con presencia de ciudadanos masivos, según Johnson.
No obstante, el aislamiento continuará siendo un requisito para aquellos que den positivo por COVID-19, aunque el lunes ya se redujo a cinco días completos con dos test negativos la cuarentena. La idea, ha precisado Johnson, es que el autoaislamiento se anule por completo «en el futuro», según ha recogido la cadena Sky News.
Durante su intervención ante la Cámara de los Comunes, Johnson ha reiterado que el Gobierno «mantuvo Inglaterra abierta» en Navidad y Año Nuevo. En este sentido, ha defendido que su Administración «tomó correctamente las decisiones más duras», pero ha indicado que los últimos datos de la pandemia sugieren que probablemente la ola de ómicron ha alcanzado su pico en todo el país. También, ha asegurado que las hospitalizaciones se han estabilizado en muchas áreas, mientras que en Londres están disminuyendo.