Una nueva definición estratégica de defensa de la alianza atlántica.
En Madrid, se dio por concluida una de las reuniones más importantes de los últimos años de la Alianza Atlántica, con decisiones trascendentales para el futuro de occidente y Estados Unidos. Rusia pasa de “socio estratégico” a “amenaza directa” y China es, por primera vez, un “desafío sistemático”.
Más militares, más enemigos y más Estados Unidos. La nueva Alianza que emerge de la cumbre de la OTAN en Madrid vislumbra un mundo mucho más impredecible y confrontado que 12 años atrás, según la estrategia acordada para los próximos diez años. Rusia pasa de considerarse un socio estratégico a una «amenaza directa», China es descrita como un «desafío sistémico» por primera vez en la historia y Europa ve el mayor despliegue de tropas desde la guerra fría (más de una tercera parte, estadounidenses).
Estas son algunas de las conclusiones que deja el encuentro de tres días en la capital española, donde los jefes de Estado y de Gobierno de 30 países (más un puñado de aliados que han sido invitados) han escenificado una Alianza Atlántica más unida, fortalecida y ampliada.
Adhesión de Suecia y Finlandia
La primera jornada de la cumbre dejó una sorpresa de última hora cuando Turquía levantó el veto sobre la adhesión de Suecia y Finlandia tras semanas de bloqueo. Ello ha permitido que la organización invita formalmente a ambos países a adherirse, en una decisión histórica por parte de dos naciones con una larga tradición de neutralidad, y que añade 1.300 kilómetros de frontera entre la Alianza y Rusia.
A cambio, Estocolmo y Helsinki ceden a las principales demandas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como la de levantar el embargo de armas contra Ankara, revisar su legislación antiterrorista y firmar sendos tratados de extradición con Turquía, redoblar la lucha contra el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Suecia y Finlandia firmarán el martes el protocolo para unirse formalmente a la alianza, que debe ser ratificado por los 30 parlamentos aliados.
Rusia, una «amenaza directa»
Hace 12 años, la OTAN reconocía a Rusia como un «socio estratégico»; sin embargo, el texto nacido en Madrid con la guerra de Ucrania como telón de fondo la Alianza señala a este país como la «más significativa y directa amenaza» para la seguridad de los aliados y la paz y la estabilidad en el territorio transatlántico. «No podemos descartar un ataque a la soberanía e integridad territorial de los aliados», prosiguen los líderes en su nuevo concepto estratégico.
Y, aunque Ucrania no es miembro de la Alianza, la OTAN se ha comprometido a seguir enviando armamento a Kyiv para combatir a las tropas rusas.
Despliegue de hasta 300.000 militares
La organización militar prepara el mayor despliegue de tropas a Europa desde la guerra fría para, en unos meses, tener en alerta más de 300.000 militares (frente a los 40.000 actuales), dispuestos a actuar bajo el mando de la OTAN. La mayoría de tropas serán destinadas a los países de la frontera este, desde Estonia (norte) a Bulgaria (sur). La mayoría de soldados serán entrenados en sus países de origen, pero «listos para actuar ante cualquier amenaza» -dijo el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg- y ser desplazados allí donde sea necesario en tres días.
Estados Unidos es el mayor beneficiado de la cumbre de Madrid. No solo ha recuperado el liderazgo en Occidente de la mano de la OTAN y bajo la batuta de su presidente Joe Biden, sino que ha aumentado su presencia militar en el continente. Como de costumbre, el país será el mayor contribuyente del despliegue de tropas a Europa: a los 20.000 soldados que ha enviado desde la invasión de Ucrania se sumarán otros 100.000 militares. Pero es que además Washington reforzará a los países de la alianza con dos destructores en Rota, la apertura de un cuartel general en Polonia, una brigada rotativa en Rumanía, nuevos despliegues rotativos en los estados bálticos y un refuerzo de la defensa aérea en Alemania e Italia.
China como amenaza
Por primera vez en la historia de la OTAN China es presentada como una amenaza. La región del Indopacífico será una de las nuevas vías geoestratégicas de la Alianza para frenar las ambiciones políticas, económicas y militares de Pekín, a la que se considera ya un «desafío sistémico», según establece el concepto estratégico. Para frenar esas ambiciones, la OTAN y varios países clave de la región, como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda (que por primera vez han asistido como invitados a una cumbre aliada), han afianzado en Madrid sus relaciones geoestratégicas.
«China no es nuestro adversario, pero debemos tener los ojos abiertos ante los serios desafíos que representa y debemos continuar apoyando a nuestros socios para preservar el orden internacional basado en reglas, un sistema global basado en normas y valores, en lugar de la fuerza bruta. Por lo tanto, la OTAN intensificará la cooperación con nuestros socios del Indopacífico», señaló ayer Stoltenberg. Este cambio de mirada hacia el gigante asiático era uno de los objetivos a alcanzar de Estados Unidos en esta cumbre.
La reacción de España reflejada en su gentilicio ha sido muy diversa. En el sector económico, los gastos en restaurantes, salones de belleza y hoteles de lujo ascienden a los 150 millones de euros, teniendo un impacto positivo en la economía española que estaba muy afectada por las diferentes crisis que afronta el país europeo. También las personas muestran cierto rechazo a las decisiones que se han tomado en Madrid considerando que estas son muy bélicas y que deberían haberse resuelto de una manera más diplomática.