El mercado tecnológico penaliza a los valores cuyo precio se basa en perspectivas a más largo plazo; los inversores con beneficios salen favorecidas.
Los inversores del sector tecnológico ponen el foco más que nunca en los resultados empresariales. Con los tipos de interés al alza, queda atrás una época en la que las cuentas no eran tan importantes en un mercado dominado por movimientos puramente especulativos, incluso con empresas que perdían dinero.
El cambio de rumbo de los bancos centrales, y las agresivas subidas del precio del dinero para luchar contra la inflación, han cambiado el escenario. En lo que va de año, las empresas tecnológicas en pérdidas han tenido un rendimiento peor en Bolsa y es probable que sigan haciéndolo, opinan los expertos.
La ralentización de la economía y la amenaza de recesión hacen que sus acciones sean una apuesta mucho más arriesgada, lo que sugiere que el paso atrás de los inversores más osados desde el pico especulativo vivido en la pandemia puede no haber terminado.
Una cesta de empresas tecnológicas que pierden dinero recopilada por Goldman Sachs se ha hundido un 57% en 2022. A modo de comparación, un fondo cotizado en Bolsa centrado en empresas del sector que pagan dividendos ha caído un 22%, y el índice Nasdaq 100 ha caído un 32%.
El enfoque hacia los beneficios representa un giro brusco con respecto a las tendencias de la era de la pandemia, cuando los tipos ultrabajos y los estímulos económicos impulsaron el rendimiento de los valores de hipercrecimiento. La cesta de Goldman se disparó más de un 400% entre el mínimo de marzo de 2020 y el máximo alcanzado menos de un año después.
Los descensos en las acciones tecnológicas se han producido a medida que la Reserva Federal ha virado hacia subidas agresivas de tipos para luchar contra la inflación, lo que supone un viento en contra para los valores cuyo precio se basa en sus perspectivas a largo plazo.