Más de un millón de personas se congregaron para gozar al ritmo de la reina del pop
Madonna hizo historia el sábado por la noche al convertir la playa de Copacabana de Río de Janeiro en la mayor pista de baile del mundo con un épico concierto al que asistieron alrededor de 1,5 millones de personas, en una de las elecciones generales más complejas del país.
La legendaria cantante no defraudó a sus seguidores, interpretando una selección de sus mayores éxitos a lo largo de sus 40 años de carrera en un espectáculo que duró dos horas y media.
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Madonna interactuó con la multitud a lo largo de tres pasarelas desde el gigantesco escenario montado en la arena de la playa, saludando incluso a los que asistieron al concierto desde embarcaciones frente al escenario.
El público, en su mayoría mujeres y miembros de la comunidad LGTBI, coreó y bailó todas las canciones, acompañando a Madonna con abanicos de colores del arcoíris, obligatorios debido a la inusual temperatura de 30 grados Celsius.
El concierto contó también con momentos especiales, como la aparición de un grupo de niños percusionistas de una escuela de samba para acompañar a Madonna en la interpretación de ‘La isla bonita’. También compartió el escenario con la popular cantante y drag queen Pabllo Vittar.
Madonna y el impulso económico
El evento fue histórico tanto para Madonna, que nunca había actuado ante una multitud tan grande, como para Río de Janeiro, que registró una movilización de cerca de 60 millones de dólares con un solo evento musical y cientos de miles de visitantes.
Aunque las autoridades aún no han confirmado oficialmente la cifra de asistentes, es probable que Madonna haya superado el récord establecido por los Rolling Stones en 2006 en la misma playa.