El megaproyecto que conectará Barranco con Villa El Salvador avanza con demoliciones y desalojos en Santiago de Surco, pese a la resistencia de vecinos y familias afectadas.
La ejecución del proyecto Vía Expresa Sur, que busca mejorar la conectividad entre los distritos del sur de Lima y aliviar el caótico tráfico de la capital, continúa generando controversia debido a los desalojos y demoliciones en áreas urbanas. Este proyecto, cuya culminación está programada para diciembre de 2025, abarca Barranco, Santiago de Surco, San Juan de Miraflores y Villa El Salvador, siendo Surco el distrito más afectado hasta ahora.
En la reciente intervención en la zona de San Roque, la Municipalidad de Lima procedió a demoler viviendas y retirar escombros en calles como Alfredo Icaza, Soto Bermeo y Próspero Rosado. Varias de estas propiedades pertenecían a la Fuerza Aérea del Perú (FAP), pero, según las autoridades, estaban ocupadas irregularmente. Los ocupantes fueron notificados previamente, permitiéndoles desalojar de manera voluntaria antes de las demoliciones.
Impacto en las comunidades locales
La resistencia vecinal no ha sido suficiente para frenar las acciones de la municipalidad. En días recientes, las demoliciones incluyeron una vivienda de cinco pisos en Surco. Por otro lado, en San Juan de Miraflores, un conjunto habitacional que alberga a más de 300 familias enfrenta un futuro incierto. La situación de un adulto mayor que amenazó con encadenarse para proteger su hogar ejemplifica el nivel de tensión generado por el avance de la obra.
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Un proyecto clave para Lima
La Vía Expresa Sur comenzará en la actual Vía Expresa Paseo de la República, en Barranco, y se extenderá hacia Villa El Salvador, conectando directamente con la Panamericana Sur. Además de reducir los tiempos de viaje, el diseño incluye intercambios viales, pasos a desnivel y mejoras en el transporte público, lo que promete transformar la movilidad en esta parte de la ciudad.
Plazos y desafíos
A pesar de las complicaciones, el alcalde Rafael López Aliaga asegura que el proyecto sigue su curso y estará listo para diciembre de 2025. La nueva vía no solo descongestionará las principales arterias del sur de Lima, sino que también facilitará el acceso a zonas residenciales, comerciales e industriales, marcando un hito en la infraestructura vial de la capital.
El desafío ahora será equilibrar el desarrollo urbano con el respeto a las comunidades afectadas, un aspecto que sigue siendo motivo de debate.