A pesar de ser diagnosticada con discapacidad mental a la edad de 11 años, la música se ha convertido en uno de los recursos terapéuticos clave para esta menor
Analit Huamán, una niña de 11 años usuaria del programa Qali Warma del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), encuentra felicidad al bailar la danza de las Benllas en el campo de su localidad natal, Jalca Grande, en la provincia de Chachapoyas, región Amazonas, a pesar de su diagnóstico de discapacidad mental.
A lo largo de este año, los padres de Analit recibieron el diagnóstico clínico y están luchando para enfrentar esta situación junto a su hija. En este desafío, la danza, la música y el movimiento corporal han desempeñado un papel fundamental, permitiéndole a Analit desenvolverse de manera más positiva.
Con alegría, la madre de Analit, Pascuala Puerta, comparte que su pequeña ahora se expresa de manera mejorada, ha ganado confianza para socializar con su entorno y compañeros de escuela gracias a la influencia positiva de la danza, la música y el movimiento corporal.
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“A mi hijita la aliento, le digo que participe en las danzas para que se sienta alegre y se distraiga”, comenta la orgullosa mamá.
Después de las clases, Analit, junto con su madre, hermanos y amigos de la escuela, incorporan a su rutina la práctica de los pasos de la danza costumbrista de las Benllas en medio del campo. Con gran felicidad, contribuyen a mantener vivo el legado de sus antepasados en Jalca Grande, ubicado a 2800 metros sobre el nivel del mar, un espacio donde floreció la cultura Chachapoyas.
“Nosotros trabajamos en la chacra y algunas veces no podemos regresar temprano a preparar los alimentos, pero gracias a Qali Warma, mis hijos reciben desayuno y almuerzo, esto es de gran ayuda”, manifiesta doña Pascuala.
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