Exministro de salud, Óscar Ugarte, hace advertencia
Pablo Carranza
Con la pandemia de la Covid-19, los peruanos nos dimos cuenta que los centros de salud y hospitales en nuestro país carecen de infraestructura adecuada y de equipos médicos y tecnológicos necesarios para brindar atención de calidad por eso es que con la actual propagación del dengue mucho estamos asustados sobre los alcances que pueda tener esta terrible y mortal enfermedad, que está poniéndonos en aprietos.
Para tratar este tema, en el diario La Razón nos contactamos con el exministro de Salud, Óscar Ugarte, quien nos contó sobre la preocupación que le produce el incremento que ha tenido la cantidad de infectados y fallecidos por dengue en las últimas semanas. Asimismo, hizo foco en las pocas camas hospitalarias que el Ministerio de Salud destina para atender esta ola epidémica.
Para comenzar, doctor Ugarte. ¿Qué es dengue?
El dengue es una enfermedad transmitida por mosquitos, específicamente por el mosquito Aedes aegypti, el cual se encuentra ampliamente distribuido en diferentes regiones del Perú, eso facilita la propagación del virus del dengue. Lo complicado, es que existen cuatro serotipos del virus (DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4), y la reinfección con un serotipo diferente al previamente contraído puede aumentar el riesgo de desarrollar una forma más grave de la enfermedad, conocida como dengue grave o hemorrágico.
Vemos muchos casos, ¿porque es tan difícil hacerle frente?
Como te digo, en muchas áreas del país, especialmente en la costa norte y selva, se presentan condiciones climáticas favorables para el desarrollo y reproducción del mosquito, además la falta de recursos, la infraestructura deficiente y las condiciones socioeconómicas adversas dificultan la implementación efectiva de medidas de control. En áreas donde el virus es endémico, la población puede tener una inmunidad parcial debido a exposiciones previas, pero en áreas donde el dengue es relativamente nuevo o está en proceso de expansión, la población puede carecer de inmunidad, lo que aumenta el riesgo de brotes y propagación rápida de la enfermedad.
¿Cómo podemos combatir el dengue para evitar que nos suceda lo mismo que con la covid-19?
Combatir una epidemia de dengue requiere de un enfoque integral que involucre medidas de prevención, control del mosquito transmisor y atención médica adecuada, pero lo más fundamental es llevar a cabo campañas de educación para informar a la población sobre los riesgos, cómo prevenir la enfermedad y reconocer sus síntomas. Pero yo descarto que esto se trate de un nuevo coronavirus, aunque pueden morir miles de personas si el Ministerio de Salud no actúa ya.
¿Se requiere algún tipo de protección personal como en el caso de la covid-19?
El dengue no se compara en nada con la covid-19. Es importante que la población se proteja individualmente contra las picaduras de mosquitos. Se recomienda el uso de repelente de mosquitos en la piel expuesta, ropa de manga larga y pantalones largos, especialmente durante las horas de mayor actividad de los insectos, como lo es el amanecer y atardecer. También, es esencial contar con servicios de salud capacitados para el diagnóstico y tratamiento oportuno del dengue. Los casos sospechosos o confirmados deben recibir atención médica adecuada y seguir las pautas de tratamiento establecidas.
¿Porque nos cuesta tanto tener un sistema de salud optimo como otros países de la región?
En realidad, combatir el dengue requiere la colaboración de diferentes sectores, como salud, educación, medio ambiente y gobierno local, pero existe una escasez de personal de salud en muchas regiones porque el gasto público en salud en Perú es relativamente bajo en comparación con otros países de la región, esto definitivamente dificulta la expansión de los servicios de salud, la mejora de la infraestructura y la adquisición de equipos médicos necesarios. También, el sistema de salud peruano tiene una estructura fragmentada, con múltiples aseguradoras y proveedores de servicios de salud. Esto puede generar falta de coordinación y continuidad en la atención, así como dificultades para el acceso a servicios integrales y de calidad.
