A nivel mundial y prevé también indemnización y la pérdida de todo o parte de la remuneración
Todas las diócesis del mundo deberán aplicar desde este miércoles 8 de diciembre la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico aprobada por el Papa Francisco, que aprueba las sanciones en los casos de abusos sexuales o encubrimiento, y prevé nuevas penas, como la reparación, la indemnización por daños y perjuicios o la privación de toda o parte de la remuneración eclesiástica.
“Es una ley que se aplica en todos los lugares del mundo, se ha establecido una vacatio legis (periodo que transcurre desde la publicación de una ley hasta su entrada en vigor) bastante amplia, hasta el 8 de diciembre, para consentir que llegue una información adecuada a toda la Iglesia”, señaló el secretario del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, Monseñor Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru.
La reforma abre a una mayor determinación de las penas para permitir a la autoridad eclesiástica identificar las más adecuadas y hacerlas proporcionadas a los delitos individuales. Además, algunas penas que antes estaban previstas sólo para los clérigos se extienden ahora a todos los fieles.
En cualquier caso, Arrieta ha asegurado que la reforma no tiene por finalidad “endurecer la disciplina en tema de abusos de menores”, que en realidad “sigue como antes, aunque más precisada”, y ha añadido que “tampoco se ha tocado en nada el tema de la dimisión del estado clerical, que sigue igual que antes”.
Tribunales de la Iglesia
“Son los tribunales de la Iglesia los que juzgan los delitos y los que imponen, en caso extremo, la pena de la dimisión del estado clerical; no es el Papa quien lo hace, al menos como regla ordinaria”, explicó.
El Código incorpora también sanciones económicas para los agresores y se han introducido nuevas penas, entre ellas la reparación. Sobre este punto, Arrieta considera que tratándose de una “ley universal que tiene que aplicarse en situaciones económicas muy diferentes, este punto lo tendrán que concretar las conferencias episcopales de cada país, en función de la realidad social de cada lugar”.