Algunos de sus contrincantes tuvieron que dejar la carrera por lesiones, favoreciendo a Bagnaia.
Pecco Bagnaia regresó de las vacaciones sin hacer bastante sonido a lo largo de todo el fin de semana, empero sacó a relucir su ritmo demoledor el domingo para triunfar con autoridad un GP de Gran Bretaña vibrante y bastante igualado. En uno de los finales más apretados de la crónica de MotoGP –tan solo 6,6 segundos de diferencia entre el primer y décimo clasificado–, el puntal italiano de Ducati supo tolerar la agresión de Maverick Viñales, que intentó rebasarle a una vuelta de la conclusión, sin embargo, se coló y tuvo que conformarse con la segunda plaza para Aprilia. El australiano Jack Miller, camarada del ganador y bastante regular en la cita de Silverstone, completó el magnífico resultado para la escuadra oficial de Borgo Panigale.
En una carrera para olvidar, el jefe del Mundial Fabio Quartararo no localizó el ritmo pese a rescatar bien el rodeo del long-lap en la cuarta vuelta, pasando de la segunda a la quinta plaza tras perder tan solo un segundo al consumar la sanción impuesta por los comisarios por tirar a Aleix Espargaró en Assen. El francés concluyó octavo y apenas consiguió seguir estando por delante de su primordial competidor por el título.
Aún cojo luego de su rígida caída el sábado, y tras amagar con no disputar el Gran Premio por culpa del dolor en sus tobillos, el de Granollers salvó los muebles con una novena postura que le conserva como el exclusivo piloto que ha puntuado en cada una de las citas del certamen. Atrevido y crecido al notar la Yamaha a un suspiro pese a su sufrimiento, el catalán alcanzó enseñarle el morro a su antagonista antecedente de cruzar la línea de meta. Indicó de esta forma su voluntad de desbancarle en la contienda por el título.
Viñales, el otro gran protagonista del domingo, se estrenaba en la primera fila de parrilla a los mandos de una Aprilia. El de Roses aprovechó las buenas sensaciones para terminar una carrera casi perfecta, pese a verse emparedado en la salida y caer hasta la sexta plaza.
