Bienes incluyen cerámica, medallas y documentos históricos.
El Ministerio de Cultura repatria 162 bienes culturales, incluido documento del expresidente Nicolás de Piérola de 1881. Estos objetos fueron recuperados de diferentes países, como Alemania, Argentina, Canadá y Estados Unidos, y abarcan períodos desde la era prehispánica hasta la republicana.
Según el informe, 67 bienes arqueológicos fueron repatriados desde Alemania, que incluyen cerámica, cuchillos de metal y fragmentos textiles pertenecientes a varias culturas prehispánicas, como Nazca, Mochica, Wari, Tiahuanaco, Chimú, entre otras. También se repatrió un fragmento de cráneo humano, presumiblemente extraído de la Necrópolis de Ancón a finales del siglo XIX. Además, Alemania devolvió un documento histórico de 1812 titulado «Nombramiento de dote por la Hermandad del Hospital Santa María de la Caridad«.
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Desde Canadá llegaron otros 67 bienes prehispánicos, principalmente piezas de cerámica y husos de madera tallada de las culturas Wari, Chancay y Chincha. Estados Unidos, por su parte, devolvió una pieza de cerámica de estilo Chancay. De Argentina, se logró la restitución de ocho objetos numismáticos del período virreinal, entre los que destacan medallas de jura de fidelidad al Rey Carlos IV y Fernando VII. Además, se recuperó un libro de 1735 titulado «El sol y año feliz del Perú» y 16 documentos oficiales, entre ellos, uno fechado en abril de 1881 y firmado por Nicolás de Piérola. Este documento destaca el nombramiento de un sargento mayor argentino durante la Guerra con Chile, específicamente después de la Batalla de Miraflores.
Las repatriaciones se llevaron a cabo gracias a gestiones voluntarias de ciudadanos en Canadá y Estados Unidos, así como por incautaciones efectuadas por las autoridades alemanas y las intervenciones de las autoridades argentinas. La verificación de la repatriación de los bienes fue realizada por especialistas del Ministerio de Cultura en colaboración con la Cancillería peruana.
Este esfuerzo resalta el compromiso de Perú en la protección y recuperación de su patrimonio cultural, el cual ha sido afectado por el tráfico ilícito de bienes. La repatriación de estos bienes también refuerza los lazos de cooperación internacional en la lucha contra el crimen cultural.