Juntamente con otros dos peruanos y un mexicano, luego de salir de comisaría, sospechándose de un brutal exceso policial
La ciudadana peruana Mary Lucero Messco Molina, y sus amigos connacionales que la acompañaban: Wilmer García Guzmán y Juan Carlos Tecsi Huamán, y un mexicano, se encuentran misteriosamente desaparecidos desde el 15 de agosto del 2020, luego de haber sido detenidos brevemente y liberados, sin que se sepa si están vivos o muertos, aunque se sospecha de la comisión de un exceso policial.
Según el reporte de la fiscalía, uno de los últimos rastros conocidos de las víctimas era que habían estado en custodia de la policía de Atotonilco, una población de Jalisco, de unos 25.000 habitantes. Habían sido arrestados por una falta administrativa, pero las autoridades dicen que los liberaron el 15 de agosto.
Mary Lucero Mescco, peruana de 25 años, vivió entre 2015 y 2018 con su esposo peruano en Ciudad de México. La pareja tuvo una bebé y ambos trabajaban en la fábrica de moldes que él tenía. A mediados de 2018, el matrimonio se separó. “Él le quitó a la niña y no le dejó traerla a Perú”, relata su gemela Mary Cielo Mescco por teléfono.
La hermana cuenta que Mary Lucero estaba estudiando cocina en Cusco, pero abandonó la escuela para regresar en julio de 2019 a la capital mexicana, donde tenía una tiendita de abarrotes y frecuentaba una iglesia de mormones, para pelear por la custodia de su hija.
Detención fortuita
Unos días antes de la desaparición, Mary Lucero le dijo a su gemela que estaba viajando en un coche para ir de paseo a Guadalajara, la capital de Jalisco, y que en el camino se encontraría con un conocido peruano. En el viaje todo empezó a torcerse. “En el carro estaba con su conocido, más un peruano y otro mexicano”, detalla la hermana.
La ficha de desaparición identifica a Mescco con cabello negro y largo, y tez morena clara. Como señas particulares se describen cicatrices en una de sus rodillas y en uno de los brazos, estrías en el abdomen por embarazo y un lunar pequeño entre la boca y la nariz.
La Fiscalía ha dado a conocer que las cuatro personas desaparecidas fueron detenidas por la policía de Atotonilco el pasado 13 de agosto, tras ser vinculadas a un supuesto robo, que no se ha detallado con claridad.
Los cuatro estuvieron en la comisaría municipal dos días y fueron liberadas después de que la víctima del supuesto delito decidiera no seguir con las pesquisas, de acuerdo con el alcalde, en una versión que ha sido respaldada por la Fiscalía de Jalisco.
Fiscal se lava las manos
“En la comisaría [de Atotonilco] no hay ninguna denuncia contra ellos”, replica la hermana de Mescco. “La mujer de uno de los peruanos dijo que la fiscalía o la comisaría había pedido una fianza, pero que no los soltarían en ese momento [a la medianoche], sino a las ocho de la mañana”, agrega.
El fiscal Gerardo Octavio Solís, ha insistido que los desaparecidos nunca estuvieron en un ministerio público a su cargo, en lo que se lee como un intento de desmarcarse de cualquier sospecha de desaparición forzada.
Solís ha asegurado que la primera denuncia por la desaparición de los peruanos fue el 18 de agosto. Según esta versión, las “concubinas” de los otros dos peruanos que estaban detenidos con Mescco informaron a las autoridades de que no podían encontrarlos, pero dijeron que eran mexicanos y dieron nombres falsos de los desaparecidos.
Supuesto secuestro
Dieciseis días después de la desaparición, el mexicano que es la actual pareja de Mescco llamó a la hermana de la desaparecida diciéndole que había sido secuestrada y que estaban pidiendo dinero para pagar un rescate.
La familia asegura que les pidieron 235.000 pesos (11.000 dólares, 40.000 soles). Según el fiscal, el hombre se ofreció a negociar con los secuestradores, pero después de hacer los pagos la familia perdió contacto con él. “No existen datos de que realmente haya sido negociador para la liberación de estas personas”, ha dicho Solís.
La hermana dice, en cambio, que el novio de Mary Lucero pagó la mayor parte del rescate y que hay vouchers y audios para comprobarlo. “Nosotros no tenemos dinero, dimos una parte y él, 67.000 pesos. Ese dinero se entregó al secuestrador”, señala.
Las novias de los peruanos, precisa la hermana, fueron las encargadas de hacer llegar el dinero. Ni el exesposo ni la actual pareja quisieron denunciar a la Policía la desaparición de la joven. “El señor dijo que no tenía tiempo y el enamorado, que estaba mal de los nervios”, agrega.
Denuncia en Perú
El 28 de agosto, la familia de la peruana presentó una denuncia en Perú. Para el 31 de agosto, el cónsul peruano en Guadalajara, Alejandro Malacara, aclaró a la Fiscalía de Jalisco que las primeras informaciones eran falsas, presentó nuevas denuncias y facilitó el contacto entre los familiares y las autoridades mexicanas.
En Jalisco, el énfasis de los fiscales está en la extorsión a los familiares y no se sabe prácticamente nada de los tres hombres que acompañaban a la desaparecida, a la que se le perdió la pista días después de estar en custodia policial.
Desde Perú hay una preocupación desesperada por encontrarla, con vigilias afuera del Poder Judicial en Cusco y un plantón en la plaza Túpac Amaru, una de las más grandes de la ciudad.
“Tuve que pedir a la prensa peruana para que me den respuesta de qué están haciendo por Lucero, porque no tenía ningún papel sobre su caso”, reclama la hermana de la víctima. Tras un año de la desaparición de Mary y sus connacionales, hay una gruesa irresponsabilidad mexicana por esclarecer el caso.
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