Por incitar a incumplir normas sanitarias para evitar el contagio del Covid-19 y compartir información falsa
La Policía Federal (PF) de Brasil ha pedido la autorización del Tribunal Supremo para procesar al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por los presuntos delitos de desinformación acerca de la Covid-19, que pusieron potencialmente una alarma de peligro inexistente en la población y alentaron a incumplir las normas sanitarias establecidas para evitar la trasmisión del virus.
El periódico brasileño O Globo reveló el informe policial, en el que se menciona que las declaraciones de Jair Bolsonaro, retransmitidas en vídeo en junio de 2021, sobre la supuesta relación entre la vacuna contra la Covid-19 y el riesgo de contraer VIH podrían catalogarse como un delito menor de “provocar alarmas a terceros, anunciando peligro inexistente”.
Sin embargo, no es la única acusación. El mandatario brasileño desalentó el uso de mascarilla, argumentando, como información falsa, que las víctimas de la gripe española murieron más por usar mascarillas que por la gripe en sí. La PF ha tomado estas declaraciones como “incitación al delito”.
La policía detalla en el informe parcial que el artículo 286 del Código Penal brasileño detalla que el incumplimiento de una medida sanitaria obligatoria, tipificándolo de incitación al delito.
Mauro Barbosa Cid, teniente coronel y ayudante de la Presidencia generó esta información falsa, que fue difundida conscientemente por el presidente.
«(Bolsonaro) difundió, libre, voluntaria y conscientemente, información que no correspondía al texto original de su fuente, generando potencialmente una alarma de peligro inexistente para los televidentes, además de alentarlos a incumplir las normas sanitarias», reza el texto.
Cerca de las próximas elecciones presidenciales en el país vecino, el estudio del instituto FBS, elaborado para el banco BTG Pactual, concede a Bolsonaro un 34% de intención de voto, aumentando en 11 puntos, 4 más que la semana pasada.
El controvertido presidente, candidato a la reelección, a su vez tiene apoyo de los evangélicos, con los que marchó el último sábado en Río de Janeiro, a 50 días de los comicios, en los que el favorito a ocupar el sillón presidencial es Lula da Silva.
