Por: Alter B. Himelfarb W. / Decíamos en el Art. anterior, que 600.000 hebreos, esclavizados, ”muertos de hambre”, lograron “zafarse” del Faraón. Pero antes, aparecieron 10 plagas. Aquí, ya no se trata de una cuestión de Fé. Hay una población de 600.000 personas, que tuvieron constancia de las plagas y que lograron salir de Egipto, a pesar de que el Faraón tenía un ejército bien alimentado. ¿Cómo fue posible, que “así no más”, dejara salir a sus 600.000 esclavos?
¿Cómo fue posible que atravesaran el Mar Rojo? Tampoco es cuestión de Fé. Ahí seguían los 600.000 hombres, atestiguando ese fenómeno de la naturaleza.
Estamos viviendo la plaga del CORONAVIRUS. Hoy en día tenemos absoluta constancia de una plaga como ésa, pero dudamos de las plagas narradas en el Pentateuco.
¿Y la entrega de los 10 Mandamientos? Los mismos 600.000 hombres estuvieron al pie del Monte Sinaí. ¿Cómo ocurrió? No sabemos, no tenemos una explicación, pero allí estaban los 600.000 hombres, libres del Faraón, en el desierto, comiendo un “maná” que les llegaba diariamente, los viernes alcanzaban a recoger doble porción y el sábado no llegaba. 40 años se “mamaron” en el desierto, hasta que comenzaron a tomar posesión de la tierra de Canaán.
Entre los 613 Mandamientos, aparece uno muy sencillo, que forma parte de los 10: Descansar en el Shabbat (sábado). Digamos que hace más de 2000 años, el cristianismo POR ORDEN DEL PAGANO CONSTANTINO, cambia el día sábado por el domingo, eliminando la trascendencia y el significado a profundidad que Dios pedía a la Humanidad. DEJAR DE CONSUMIR NATURALEZA, POR UN DÍA.
Inexplicable: Quienes se autonombraban Administradores de la Autoridad Divina, despreciaron Su Orden: Cada año, tiene 52 semanas o 52 sábados. Entonces, 2000 años x 52 sábados = 104.000 sábados. Dividiendo ésta cantidad de días entre 365 días/año, nos arroja, que la Humanidad, por orden del pagano Constantino, dejó de descansar al día de hoy, el equivalente a 285 años.
Desgraciadamente por esa lamentable decisión de la Iglesia y por otras razones consecuentes derivadas de aquella, la Humanidad menospreció al correr de los años, el AMOR POR LA NATURALEZA. *La NATURALEZA, vale un sieso*… y ahí nos llegó, EL CALENTAMIENTO GLOBAL. ¿Creemos en Dios? No, no creemos en Dios.
En el Pentateuco, aparece varias veces la PROHIBICIÓN DE LAS RELACIONES HOMOSEXUALES. Pero la Humanidad no “paró bolas”. Aclaro, que Dios no está en contra de aquél que tiene inclinaciones afeminadas. Está contra las Relaciones Homosexuales y en adelante, contra el llamado matrimonio entre homosexuales y más grave aún, el invento de “tener hijos” y formar un “hogar” atípico.
Entonces, aparecen los Constantinos modernos, llamados “Defensores de los Derechos Humanos” y Legisladores, que abandonan la palabra de Dios contrariando Su Voluntad. Y apareció el SIDA. Pero siguen los Desfiles del Orgullo Gay. Y el SIDA continúa, a pesar de la advertencia. ¿Creemos en Dios? No, no creemos en Dios.
Y apareció el CORONA VIRUS! Dios dio una lista de animales que no se deben comer. Pero el Cristianismo no le dio importancia y las creencias orientales, menos. El cerdo está prohibido de comer, al igual que insectos y aves de rapiña y otros como los murciélagos y los perros y las serpientes y las ratas. Pero a la Humanidad le importó un “carajo”, las disposiciones Divinas. Y ese CORONA VIRUS, pareciera al decir de algunos científicos, que va para largo. ¿Creemos en Dios? No, no creemos en Dios.
¿Tenemos derecho A DEPREDAR LA NATURALEZA? ¿Talando bosques? ¿Deteriorando devastando ríos, lagos, lagunas y mares? Cazando implacablemente animales salvajes, -cebras, leones, tigres, elefantes-, para diversión, colocando sus preciosas pieles como tapetes y sus cabezas colgadas en las paredes como trofeos o para ostentar una pulsera de marfil?
¿Y quién clama y reclama por la matanza de toros, en las plazas tituladas con nombres de vírgenes? Donde el Diestro, antes de salir al ruedo, ruega salir airoso de eliminar una parte de la naturaleza.
¿Creemos en Dios? No, no creemos en Dios.
(*) Miembro A.I.E.L.C.