En anterior columna y refiriéndome a la Política General de Gobierno Digital, recientemente aprobada por el actual Poder Ejecutivo, decíamos que era muy loable el interés gubernamental en la materia, lo que complementaba varios otros instrumentos legales que se habían pronunciado sobre tan importante tema, como fue la aprobación del Sistema Nacional de Transformación Digital, la utilización de medios digitales en la gobernanza, además de la Ley del Gobierno Digital.
En adición, como consecuencia de la pandemia del Covid 19, se establecieron en materia educativa clases no presenciales, tanto a nivel escolar como universitario, lo que fue considerado una buena solución para que los educandos no se perjudicaran con el atraso en su preparación para el futuro.
Sin embargo, en la materia educativa escolar, hay dos problemas sustanciales en lo que se refiere a la educación a distancia, uno es la falta de conectividad de Internet en muchísimas localidades del Perú, sobre todo en zonas rurales de sierra y selva y, el segundo es la falta de vocablos digitales en los idiomas quechua, aimara y otras lenguas nativas.
El primer problema se enfrenta con inversión, pero para el segundo se requiere principalmente decisión estatal, que hasta ahora está ausente, pese a que ello no sería difícil, sobre todo si se tiene en cuenta que siguen dando vuelta: dictámenes, informes y más informes, aunque sin concreción en el Sector Educación.
Es bueno recordar que dentro de los servicios básicos como son agua, saneamiento y luz, ha sido incorporado el acceso a Internet como un derecho. Sin embargo, la conectividad a Internet solo ha llegado a un 20% en escuelas públicas, aunque de poco sirve cuando tienen particularmente un bajo ancho de banda, que imposibilita la comunicación simultánea de varios usuarios.
La población de quechua hablantes y de aimara hablantes, sin conocimiento de otro idioma, es de aproximadamente cinco millones de compatriotas que, de seguir sin ser incorporados al mundo digital con la inclusión de vocablos digitales, están sentenciados a seguir postergados y sin posibilidad de ascenso social y económico, lo que con toda razón reclaman desde mucho tiempo atrás sin ser atendidos.
De esto se aprovechan los que quieren desestabilizar el país, pues embaucan sobre todo a las poblaciones andinas enviándolas al despeñadero con sus marchas y manifestaciones violentas.
Desde las esferas del Estado, principalmente las gubernamentales, se llenan la boca afirmando su interés en el desarrollo de las comunidades andinas, pero ello no se condice con la falta de decisión para la toma de medidas concretas, que las hagan salir del ostracismo con oportunidades laborales de nivel, lo que no podrán lograr si previamente no son inmersas en este nuevo mundo que estamos viviendo, que se denomina la era digital y que si no hay formación en tal temática, quedarán inexorablemente rezagadas.
Quien ejerce la Presidencia de la República es natural del Ande, nacida en Chalhuanca del departamento de Apurímac, quien entre otras lenguas domina la quechua, por lo cual hay fundadas esperanzas que emita las órdenes para que el Sector Educación haga lo que debe hacer y que hasta ahora incomprensiblemente omite.